Y en fin, qué le vamos a hacer. La vida es lo que es, y no lo que nos gustaría. Aunque por el esfuerzo, las dificultades y el propio juego el Naturhouse mereció ayer haber sacado algo más, bastó un portero para hacerlo imposible. En fin. Son las bellezas del deporte. Ahí van algunas cosas que me deja Antequera (aparte del mollete que me acabo de comer).
El esfuerzo: No hay que repetirlo mucho más. Ocho jugadores de campo hicieron lo imposible; y cuando uno hace todo lo que puede, poco más se le puede pedir.
El portero (I): Jorge Martínez. 23 de 45, incluyendo los tres últimos balones -tres paradones- que hubieran sido el empate. Tremendo.
El portero (II): Gurutz Aginagalde, más deprimido que en mucho tiempo. Tuvo mala noche, paró sólo cinco balones. Se fue jodido, pero él sabe, tras 15 años en esto, que vendrán días mejores.
El lanzamiento: Todos en el Naturhouse fallaron mucho más de lo que acostumbran. Por Jorge, pero también por cansancio, creo. Con sólo un pelín más de puntería, hubieran ganado
Antequera: Equipo en problemas, el verde. Sin paliativos:ayer jugó mal ante medio Naturhouse. Sólo Jorge les salvó: un ataque sin profundidad, sólo Rafa Baena. Mucho miedo, muchos nervios. Al final, protestas ridículas que les dejaron con 3 jugadores. Es de esperar que mejoren, pero me queda la pregunta de si algo pasa en ese vestuario.
La Copa: La cosa se pone casi imposible. Cuenca se lo está ganando, tras pasar ayer por encima del CAI. Ahora mismo, me parece que necesitaríamos al menos cuatro puntos en los partidos que nos quedan: Ademar, San Antonio, Barça, Pilotes. Muuuy complicado.
EL DOMINGO: Y ahora, olvidémonos de todo. Pensemos en el domingo, en el día histórico que es, en el Estrella Roja, en que será difícil pero que hay que hacerlo. EL DOMINGO, TODOS.