Que el Naturhouse La Rioja ha hecho un año grande es evidente. Gran clasificación, grandes resultados. Etc. Pero hay más. Hay cosas que sólo se pueden valorar en su justa medida ahora.
Hoy, por ejemplo, tres jugadores del Naturhouse han pasado por el quirófano. Son tres jugadores que deberían haber sido operados mucho antes, pero que tuvieron que aguantar, y aguantaron, porque no quedaba más remedio. Y no son precisamente tres que jugaran poco: Isma Juárez tenía el tendón de Aquiles medio roto, Marc Amargant un menisco fisurado, y Sasha Tioumentsev sufría calcificaciones en los dos tobillos. Muy dolorosas.

No han sido, ni mucho menos, los únicos que han hecho cosas que no debían en este equipo. Un ejemplo que se me ocurre: Alfredo Sorrentino estuvo jugando un mes con la nariz rota. Era algo que no se podía decir, porque era dar demasiadas pistas a un defensor sin escrúpulos. Pero ahora se debe contar: así es este equipo.
Y muchos otros. Velasco forzó su tobillo esguinzado al máximo para estar en Alemania y contra el San Antonio, y acabó con la articulación hecha cisco. Ales Silva estuvo jugando mucho tiempo con una fascitis plantar que sólo empeoraba cada vez que jugaba.
Todo eso es mucho aguantar, claro. Y aunque hay muchos motivos que expliquen el éxito de este equipo, probablemente ese espíritu sea el principal. También por eso son grandes.
En la prensa de hoy hay mucho eco a los fichajes del Naturhouse anunciados ayer. También se habla de la convocatoria de Valero Rivera (que ha llamado a su hijo, y eso que debe haber unos 200 extremos mejores que él, incluidos los dos del Naturhouse) y de la aventura del Ciudad Real en África.