Me resulta curioso que todavía surja esta duda, ya que me lo preguntan a menudo en esta época; sobre todo me sorprende que las personas se hagan semejante cuestión cuando, al menos en mi caso, no conocemos a nadie que haya muerto por este motivo.
“Falleció porque cenó melón aquella noche”
“No se dio cuenta y en un despiste comió una cata de melón a las 21,00h así que lo han ingresado”
Ironías aparte, esta creencia es infundada y lo que reza el refranero español (el melón por la noche oro, por la tarde, plata y por la noche, mata) es únicamente eso, un refrán.
Algunos expertos en nutrición comentan al respecto que el melón fermenta muy rápido en el estómago, y esto provoca molestias digestivas y un mal funcionamiento de nuestro metabolismo. El metabolismo y todo nuestro aparato digestivo está más que preparado para digerir un alimento tan sencillo como esta fruta, incluso después de una cena variada.
Según este criterio ocurriría lo mismo si tomamos un vaso de leche con azúcar o una galleta y un vaso de agua, que por cierto, aportaría 10 veces más azúcar que el melón.
Otros “expertos” comentan que se debe a la gran cantidad de agua que aporta este alimento, que diluye el ácido del estómago dificultando así su digestión.
El ph ácido del estómago es el que nos permite digerir los alimentos y no al contrario, es decir, el alimento no modifica la acidez o alcalinidad de nuestros órganos.
En mi opinión, el melón no sólo no provoca un riesgo para la salud por la noche (ni a cualquier hora del día) sino que es una alimento saludable que podemos incluir en nuestra rutina alimentaria sin miedo padecer ninguna enfermedad.
El único inconveniente que podemos encontrarnos al tomar melón, sandía o cualquier alimento que contenga un 90% de agua es tener que levantarnos por la noche a orinar y perder nuestro ritmo de sueño.