Llevaba mucho tiempo queriendo vivir esta experiencia, deseando saber la reacción de los invitados y poder contarlo; aunque me ha costado sacar tiempo, aquí estamos, compartiendo mi “experimento”.
Llegó el cumpleaños de mi pequeña Lola, 5 años, una edad perfecta para demostrarle a ella y a sus amigos que la celebración no es sólo chuches, que la merienda puede ser rica y vistosa y su fiesta igual de divertida con una propuesta más saludable.
Preparar la merienda supone un trabajo, por supuesto, y tiempo, para que las elaboraciones sean caseras, pero con gusto me encierro yo en la cocina para unos comensales tan particulares y agradecidos. Recordad que si preparáis una cena en vuestra casa, os gustará hacer recetas especiales y sabrosas para agradar a vuestros invitados; pues lo mismo ocurre en este caso, que también son buenos catadores, aunque apenas superen 1m de estatura.
En primer lugar, me gusta cuidar de su salud, segundo, pueden disfrutar de la comida saludable y casera como todos, y tercero, siempre insistimos en nuestra profesión en que no deberían asociar como norma, momentos bonitos de su vida con comida insana.
Así que me puse manos a la obra!!
Os muestro una lista de elaboraciones saladas y dulces para la fiesta:
Salado: tortilla de patata, crepes de harina integral con jamón y queso, brochetas de tomates cherry, mozzarella y albahaca, hummus de garbanzos y guacamole con zanahorias baby, y para picar, frutos secos y palomitas de maíz sin sal.
Dulce: brochetas de frutas, batidos de piña y coco y de fresas, galletas sin azúcar (tipo cookies), croissant (con hojaldre casero) rellenos de crema de cacao casera y para picar, arándanos y frambuesas.
Para beber: agua
Mi mayor ilusión fue comprobar que las brochetas de fruta fueron las primeras en desaparecer. Todos tomaron su merienda (lo que ellos quisieron) y quedaron satisfechos. Lo pasaron en grande jugando, bailando, repartiendo globos… y al menos a mí, nadie me reclamó chucherías ni refrescos.
Al finalizar la fiesta fui preguntando a cada pequeño si había merendado bien, si le había gustado la comida; la respuesta fue un 100% sí (soy consciente de que se puede decir por educación, al igual que madres y padres, que calificaron de bonita y original la mesa, pero no conozco su grado de sinceridad…)
La única certeza que tengo es que aquella tarde, casi 20 niños lo pasaron fenomenal comiendo saludable, Lola disfrutó de sus 5 años al máximo y al recoger la mesa, no quedaba ni una zanahoria!!
Muchas veces recurrimos a elaboraciones preparadas, meriendas rápidas y fáciles cargadas de azúcar y desconocemos que hay alternativas un poquito mejores. No se trata de pasar horas en la cocina pero sí de hacer fiestas bonitas sin atiborrar a los niños, que lo que quieren es pasarlo bien.
Os animo a todos a intentarlo y observar su comportamiento, los niños son tan naturales que normalizan cualquier cosa de una manera más sencilla que los adultos.
Reconozco que tenía un poco de miedo (más incluso a la reacción de los padres), que me la jugaba sin un plan B (como ganchitos o refrescos en el armario) pero la satisfacción fue enorme, al finalizar la fiesta y valorar el día, junto a la radiante cumpleañera que durmió feliz, con la tripa llena de alimentos sanos.