Entre las costumbres lastradas de aquellos tiempos en que todos los políticos eran generosos y las administraciones rebosaban beneficios está la de presentar cada nuevo presupuesto como un monumento al poderío. Como la austeridad sigue vendiéndose a la baja entre el mercado de votantes, los gestores (y su cohorte de asesores) retuercen hasta la extenuación unos datos que son irremediablemente famélicos para presentarlos en público como el no va más del músculo financiero.
Le acaba de suceder al Delegado de Gobierno. En una intervención de equilibrismo estadístico para exponer que el Estado destinará a La Rioja en el 2011 el 30% menos que en el presente ejercicio (147 millones de euros frente a 207), José Antonio Ulecia se ha esforzado más en abundar en las sumas que en razonar la obligatoria necesidad de las restas. Antes incluso de escuchar las críticas que ya anticipaba que le lloverían, el representante estatal se adelantó a recordar que el Ejecutivo central ha invertido en la comunidad mucho más en los siete últimos años que Aznar en sus dos legislaturas. Y un recordatorio que abunda más en esa dimensión monetaria: el presupuesto total de la Consejería de Obras Públicas no llega a lo que el Estado dedica sólo en conservación de carreteras. Queda inaugurado con esta munición un nuevo tiempo en el que el clásico ‘y tú más’ con que se aseteaban los políticos ha caducado, dando paso a un ‘y tú menos’ que deja al ciudadano un poco más huérfano de entusiasmo.
Fotografía: Justo Rodríguez