Profesor de Teoría Económica de la Universidad Complutense e integrante de un movimiento que nació con un manifiesto en la Red y agrupa ya a 2.000 expertos, Juan Ignacio Bartolomé ofreció en Logroño la charla ‘Economistas frente a la crisis; una economía al servicio de los ciudadanos’. Su receta para una salida “distinta” de la actuación coyuntura: movilizar el sistema productivo desde el presupuesto estatal para elevar el PIB y una actuación directa del Banco Central Europeo.
– ¿Qué tipo de intereses?
– A nivel español, aprovechando la crisis se hacen cosas que de otra forma serían impensables. Una reforma laboral que es una película de terror, acabar con prestaciones sociales que en el fondo son redistribución de rentas… En clave europea está permitiendo a ciertos países ganar una inmensa cuota de poder en la UE. Ni en los peores sueños podría imaginarse a un tercero que impone el gobierno griego, el italiano, el portugués o en cierta medida el español. Los que salen favorecidos no quieren que se acabe la crisis en el sur de Europa.
– ¿Cuáles serían a su juicio las alternativas a ese escenario?
– El presupuesto público tiene un efecto compensatorio. En las fases en las que el PIB crece rápidamente, los ingresos aumentan. Y al revés: cuando las cosas van muy mal, el sector público tiene que contrarrestar la bajada de la demanda privada. Ello supone déficit, lo cual no es necesariamente negativo porque el problema no es el déficit sino el grado de la deuda pública, y España sigue con unos niveles inferiores en términos relativos a la media europea. Partiendo de ahí, nuestra propuesta es aprovechar el presupuesto para movilizar el sistema productivo que está paralizado. La responsabilidad de los poderes públicos es activarlo y crear riqueza.
– ¿De dónde se sacan para ello los recursos que ahora escasean?
– El Banco Central Europeo debería adoptar la posición de prestamista de último recurso que además limitaría los tipos de interés, eso que llamamos la prima de riesgo, porque a los mercados financieros no les gusta prestar a los pobres. Eso requeriría cambiar las reglas de actuación del BCE, que debería sumar a su objetivo de control de la inflación el combatir el descenso del PIB tal y como ha sucedido con la Reserva Federal en EEUU.
– ¿Por qué no se toma esa vía si, como usted sostiene, es aparentemente tan simple?
– Porque los que controlan el BCE no quieren que haya una salida de la crisis de unos países que pueden competir con ellos. Hace falta “más Europa” para salir de la actual situación. Pero con la idea de que es un proyecto a largo plazo que requiere renovar el pacto de los vínculos solidarios, no para que unos ganen más o menos a corto plazo.
– ¿Gestionó el PSOE peor la crisis de como lo está haciendo el PP?
– El PSOE trató de combatirla al estilo clásico sin pensar que luego estaba Europa. De repente llegó aquella famosa reunión del 10 de mayo, la UE le leyó la cartilla y no tuvo más remedio que hacer lo que hizo. Su error fue no haberlo contado, ser claro, poner a los ciudadanos frente a la situación. El PSOE hizo recortes porque le obligaron, sin convicción. Al gobierno del PP también le están obligando, pero está profundamente convencido de ello.
– ¿Dónde queda el argumento de la herencia recibida?
– Ese mantra es una tontería. Los acontecimientos vinieron bastante impuestos. Se criticaba a Zapatero cuando la prima estaba en 220, ¿pero qué pasa ahora que se sitúa en 530? A los políticos les pagamos para que hagan posible lo que es necesario, no para escudarse en nada.
Fotografía: Jonathan Herreros