Aprovechando su presencia en Logroño para presentar el Grupo Territorial de Senadores por La Rioja, José Manuel Barreiro (Lugo, 1957) reflexionó sobre el papel de la Cámara Alta cuyo mantenimiento defiente aunque no rehuye posibles cambios, incluido una virtual reducción de senadores.
-¿Qué sentido tiene ya el Senado en la actual coyuntura de crisis?
-El debate es si España debe ser un Estado bicameral. El constituyente así lo decidió, y la mayoría de países desarrollados siguen ese modelo. El Senado mantiene su función como cámara de reflexión o segunda lectura para perfeccionar los textos legislativos. Ha cumplido ese papel de forma escrupulosa, aunque necesita algún elemento de ponderación y avance como auténtico foro de representación territorial haciendo que todos los asuntos con un carácter geográfico marcado inicien el trámite ahí y no en el Congreso. En esa línea trabaja la ponencia constituida desde febrero.
-Esa es una letanía que se repite cada legislatura pero nunca se concreta. Ni siquiera ahora, con las críticas al modelo autonómico.
-Es cierto que se ha avanzado poco. Sin embargo, por primera vez existe consenso en el trabajo de la ponencia que le he referido y el propio Gobierno se ha manifestado claramente en ese sentido. Por otra parte, discrepo respecto a que el sistema territorial esté en cuestión. Las autonomías han ayudado de forma medular al desarrollo de España. Otra cosa es que el marco que creó la Constitución haya que adaptarlo, pero de ello no se concluye que haya que invalidar el modelo.
-¿No ha llegado de verdad el momento de cerrar el Senado?
-Es obvio que defiendo la necesidad de mantener del Senado, y más aún en un Estado tan descentralizado como España donde es imprescindible una Cámara Alta que articule todo el debate territorial. Sí soy partidario de modificaciones en la dirección que le he comentado de afianzamiento como foro principal en cuestiones territoriales.
-La reforma podría incluir la supresión de senadores, al igual que se plantea ahora en los ayuntamientos o los parlamentos regionales.
-No debemos cerrarnos a debatir esa opción. No voy a pronunciarme sobre si es necesario o no reducir la cifra de senadores, que en cualquier caso deberá debatir la ponencia del propio Senado. Lo que sí le digo que todas las instituciones deben adaptarse a la situación que actualmente vive el país.
-¿Qué parte de responsabilidad tiene el Senado en el descrédito que sufre hoy la clase política?
-Alguna, sin duda, pero no la mayoría. El propio funcionamiento del Senado hace que el protagonismo mediático siempre esté en el Congreso. Pero eso no invalida el trabajo de los senadores cuya enorme labor territorial es imprescindible, aunque menos visible. Dicho esto, reconozco que tenemos que hacer un papel importante de explicación pública de nuestra tarea.
-¿Y se corresponde esa tarea al dinero y las prebendas que reciben?
-Es un debate abierto y no hay que rehuirlo. A mi juicio, partiendo de que el factor económico jamás debe determinar la incorporación a la vida política, el sueldo debe estar marcado por algo clave: transparencia. Sabiendo como puede saberse ahora lo que cobramos, cada cual podrá opinar luego si es mucho y poco. A partir de ahí puede analizar cuánto se cobra en las asambleas de países del entorno y verá que el salario aquí es de los más bajos.
-Si el salario se mide por el número de iniciativas presentadas, las de los senadores riojanos del PP han sido hasta ahora testimoniales mientras Aldama llega ya a 40.
-No puede medirse con el mismo parámetro la labor de un senador del grupo mayoritario que otro de la oposición. Y si no, le remito a las incoativas de cada cual la anterior legislatura. Apoyando al Gobierno de Rajoy, los representantes riojanos están apoyando a su comunidad. Por otro lado, resulta sarcástico que Aldama presente sus iniciativas como portavoz de Empleo cuando el PSOE ha dejado más de cinco millones de parados. Uno entiende en casos así porque la gente de la calle tiene tan mal concepto de los políticos.
-Ni siquiera enmendaron los Presupuestos Generales que rebajan el 38% la inversión en La Rioja.
-También ocurre en otras comunidades. Es la consecuencia de años en que el Gobierno socialista ha gastado por encima de lo que ingresaba y nadie hacía nada. Rajoy va a solventar esa situación, y para ello es preciso un esfuerzo colectivo.
Fotografía: Fernando Díaz