Los primeros flashes informativos al conocer la concesión del Premio Plantea a Lorenzo Silva mencionaban una misma ciudad: Logroño. Al parecer, y según esos apuntes iniciales, el autor madrileño recuperaba en La marca del meridiano a los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro. Esta vez, con la capital riojana como escenario de sus andanzas.
La prensa del día siguiente desterró la referencia logroñesa. Incluso las declaraciones a bote pronto de Silva hacían pensar en que de lo dicho, nada de nada. “Tenía esta novela en la cabeza desde hace unos años. En realidad, desde que publiqué La reina sin espejo, en 2005, que también pasa en Barcelona. Me sentía en la obligación de contar a los lectores lo que le sucedió en esta ciudad”, comentaba el galardonado para El País.
¿Error? ¿Desliz? ¿Barrabasada? ¿Protagonismo compartido? Como un thriller dentro de otro, la duda gravita sobre la novela y no podrá resolverse por completo hasta que llegue a las librerías. La circunstancia, en cualquier caso, viene a refrescar la vinculación del autor de La flaqueza del bolchevique con esta tierra. Por un lado, al hilo de esa obra que llevó al cine a finales del 2003 la productora de José Antonio Romero, Rioja Films, y cuya promoción trajo al escritor varias veces a Logroño. Repitió sus visitas oficiales en noviembre del 2008 para presentar en Ibercaja El blog del inquisidor y más tarde, en marzo del 2010, rehizo el camino para poner de largo La estrategia del agua en la librería Santos Ochoa.
Sin embargo, la presencia en estas tierras que más llamó mi atención fue la de enero de 1998. Era entonces un escritor de éxito en ciernes, y el añorado Francis Cillero lo reunió con otros literatos de su generación en aquellas tertulias vespertinas tan cool que entonces estilaba Actual. Sólo recuerdo su aire de opositor despistado, una trenca pasada de moda y de tallas y las bendiciones que profirió a los caparrones con que la organización del festival agasajó a los invitados. Los comensales que compartieron aquella mesa han seguido rumbos diferentes. Josan Hatero desapareció de la escena literaria, Félix Romeo hizo lo propio de este mundo, Paula Izquierdo siguió manteniendo sus fulminantes ojos azules y Lorenzo Silva es hoy el nuevo Premio Planeta.
¿Cuántos hilos más cosen a Silva con Logroño? Ayúdennos a Bevilacqua, a Chamorro y a mí mismo a desentrañar el misterio.
Fotografía: Juan Marín