Alcalde de su ciudad durante 20 años hasta ser desbancado por Bildu en las últimas elecciones, Odón Elorza (San Sebastián, 1955) ocupa ahora escaño en el Congreso. Una voces más personales –o personalista, según sus detractores– del PSOE recala en Logroño dentro de los foros de otoño organizados por la Agrupación local abanderando una regeneración de la política que implica a su propio partido.
–Fracasos electorales en Galicia, País Vasco y Cataluña, caída galopante en las encuestas, dudas de el liderazgo… ¿Hasta dónde debe caer el PSOE para reaccionar?
– Hace sólo un año estaba gobernando con Zapatero, y en esa tarea digamos que se quemó y realizó una gestión no explicada de la crisis. Además, con el paso del tiempo se ha evidenciado que no actuó con la energía suficiente para evitar la mala gestión de bancos y cajas o poner remedio a fenómenos especialmente hirientes como los desahucios. Todo ello hace que sea costoso recuperar la credibilidad, lo cual requiere un cambio efectivo del proyecto político para acomodarlo a la realidad de una España en crisis y formular un modelo alternativo a la derecha. El partido tiene un problema complejo y difícil de resolver con inmediatez.
–Pero la sociedad no tiene tiempo, demanda una respuesta ya.
–Ello es consecuencia de que el PSOE no supo aprovechar su último congreso. En Sevilla debía haberse realizado una auténtica catarsis, entendida como un proceso de reflexión sobre los errores y los vicios adquiridos en los últimos 30 años. Se perdió la oportunidad de convertir aquel cónclave en una ruptura crítica con el pasado inmediato y sólo se eligió una dirección con Rubalcaba al frente que, además, ganó con poca diferencia sobre Chacón, lo cual también ha dejado abiertas ciertas heridas.
–Resulta irónico que ‘la herencia de Zapatero’ sirva al PSOE para justificar su mal momento y al PP para aplicar ajustes y reformas.
–Una cosa es que se cometieran errores en la gestión y la explicación de la crisis y otra lo que está haciendo el PP. Claro que hubo errores en la anterior etapa. Y ya se han reconocido muchos de ellos como, por ejemplo, aquella reforma exprés de la Constitución para atender los requerimientos de la troika o la inacción en cuanto a los desahucios y la gestión de las entidades financieras. Lo que no es de recibo es que el PP se escude en una herencia que no tiene ni la dimensión ni el alcance que alude para justificar recortes brutales que a veces rayan la antihumanidad. Si la herencia se interpreta como el déficit presupuestario, a él contribuyeron en gran medida las comunidades en manos de la derecha. Ahí el PP no juega limpio. Y Lo sabe. Sólo trata de ocultar su batalla ideológica, que persigue la privatización de los servicios públicos y el cambio de un modelo de estado del bienestar.
–¿Y por qué todos los errores que ahora confiesan muchos dirigentes socialistas no trataron de purgar en los años de Gobierno?
–Siempre pasa un tiempo hasta que los errores se perciben como tales. En aquella época yo era un simple alcalde sin capacidad de incidencia nacional y llevo muchísimo años sin ocupar ningún cargo orgánico en el PSOE. Con ello no trato de justificarme, sino de remarcar que cada cual tiene su nivel de responsabilidad. En la distancia ya emitía mis opiniones, y desde que en diciembre he llegado al grupo parlamentario estoy intentando colaborar para que se produzca un proceso a fondo de regeneración de la política en España ante el desprestigio de los políticos, el descrédito de los partidos y la falta de transparencia en su funcionamiento.
–¿Pasa la regeneración por elegir su candidato con primarias abiertas poco antes de las elecciones, como plantea Oscar López?
–No creo que esa fórmula tenga en sí misma un poder curativo. La regeneración a la que aludo exige democratizar el funcionamiento interno del PSOE , lo cual requiere a su vez también muchos cambios de actitudes y comportamiento, nuevos estatutos, un procedimiento mucho más democrático para las decisiones en todos los niveles.
–¿Y sería una fórmula para escoger al menos al líder que saque al PSOE de su situación actual?
–El secretario general de un partido de izquierda debe ser elegido en urna por todos los militantes durante una jornada completa en todas las casas del pueblo, y no sólo por un grupo de delegados que a veces no son del todo representativos de las bases. El proceso de regeneración va mucho más allá. También exige poner coto a la acumulación de cargos, limitar los mandatos, hacer públicos todos los temas referidos a la financiación, a los sueldos que cobramos. En resumen, dar la palabra y la decisión a las bases con muchas más frecuencia y trabajar para combatir de forma decidida la corrupción, que supone el mayor cáncer de este país y no es exclusivo de la clase política sino que está en la sociedad.
–¿Podría ser Carme Chacón el puntual para la reconstrucción del PSOE que dibuja?
–No soy partidario de reabrir el debate de las personas. Ya lo hubo en un congreso que, a mi juicio, resultó fallido. Lo que toca ahora es el debate de las ideas, de los proyectos, del acercamiento real a la sociedad, de dar salidas a la crisis que no ofrece la derecha. En Sevilla no me decanté por ninguno de los dos candidatos porque entiendo que hace falta una renovación mucho más honda. Por más que respete la capacidad de Alfredo y la pasión de Carme, hay que trascender las afinidades personales y determinar qué es lo que conviene al PSOE del futuro. Y hay que hacerlo con rapidez, porque el tiempo pasa volando y no creo que la ciudadanía perciba que hemos modificado nuestra actitud suficientemente.
–Si buena parte de los males que vive hoy el PSOE provienen de la etapa de Zapatero, no parece lógico recurrir a quienes estuvieron en aquel Gobierno.
–Dicho con toda la humildad y sin querer molestar a nadie, creo que hace falta una ruptura. Siete meses después de elegir un líder, lo urgente ahora sea definir un proyecto y ganar credibilidad.
–¿Cómo de urgente?
–Mi apuesta es que a lo largo del 2013 el PSOE vaya recuperando su identidad y haciendo el trabajo interno pendiente. El año que viene sería necesario una conferencia política con una metodología my abierta, que no sea una reunión de los grandes dirigentes y barones sino más permeable. Y también ese año habría que abordar unas primarias abiertas para la designación del candidato a la presidencia y no posponerlas para evitar de esa forma sorpresas y cualquier ansiedad.
–¿Permitirá el aparato del partido ese calendario y esa apertura?
–El proyecto regeneracionista del PSOE y la política es una aspiración imparable. El que se ponga por delante, quedará marginado.
Fotografía: Diario Vasco