"Pedir perdón por la corrupción no es suficiente; hay que apagar y resetear" | Chucherías y quincalla - Blogs larioja.com >

Blogs

Teri Sáenz

Chucherías y quincalla

“Pedir perdón por la corrupción no es suficiente; hay que apagar y resetear”

Tarjetas opacas, cuentas en Suiza, financiación irregular de partidos, amaños urbanísticos… Las caras de la corrupción se multiplican día a día en un proceso que Raúl Susín (Huesca, 1968) analiza desde el tamiz ético en su condición de experto en Filosofía del Derecho y director del departamento de la UR y sobre el que advierte: «La sociedad debe cuestionarse constantemente su calidad democrática».

raul susin

-¿Es tolerable en términos de calidad democrática el grado de corrupción que se está alcanzando?
-Vamos en una pendiente resbaladiza en la que se va acumulando cada vez más desorden y todo eso está debilitando la poca credibilidad que ya empezaban a tener las instituciones. A la crisis que había hecho que fuera por un lado la política y por otro la economía haciendo que los ciudadanos estuvieran prácticamente desamparados, se suman los casos de corrupción que estamos conociendo, creando así un proceso de desafección creciente. Pero lo peor es que eso va socavando el alma ética de las sociedades. Ya no se trata de cuestiones materiales, sino de miserias en el plano moral que calan hasta los huesos del esqueleto democrático. Es más grave y tiene el peligro de generar una situación de difícil salida sino hay una especie de catarsis con algún elemento que sirva de exorcismo.
-¿Qué tipo de reacción augura?
-Lo raro es que con unos niveles de paro tan alto, una desigualdad creciente, la desactivación del estado del bienestar o el alza de la corrupción no se haya dado en España un proceso de rebelión violenta o un nuevo proceso constituyente. Si la anomia generada no ha provocado ese estallido es por un cúmulo de factores como el peso de la economía sumergida, los entornos familiares y, sobre todo, la instalación de una cultura de consumo que abarca todo, incluso la política. Nos dedicábamos simplemente a votar, no a producir, y eso había generado una situación de apatía, convirtiéndonos en ciudadanos desapoderados. Nos habíamos acostumbrados a ser clientes en el mundo de la política, contribuyendo a no tener criterio ni capacidad de decisión. Pero, al final, el caos que va acumulándose es tal que entiendo que debe desbordarse por algún lado.
-En otros países se ha canalizado a través de la ultraderecha.
-Eso es porque, sociológicamente, la ultraderecha en España ya está representada en una parte del PP, que tiene gente muy válida y otros que enlazan con los planteamientos de la dictadura franquista.
-¿Es Podemos y su fulgurante ascenso esa válvula de escape?
-El 15M y la extensión en Podemos se nutren en cierta forma de esa angustia, de la desafección. En principio se formuló en torno a su valor emocional y de denuncia más que de pensamiento, aunque a medida que pasa el tiempo va demostrando su capacidad también de enunciar y elaborar un programa con propuestas. Otra cuestión es la posibilidad de ponerlas en práctica, pero la simple existencia de un movimiento que suponga un proceso antagonista de regeneración y de replantearnos lo que tenemos es interesante en sí mismo ya que una sociedad no es suficientemente democrática mientras no se cuestiona constantemente su calidad democrática.
-Hay quien observa el fenómeno Podemos de forma opuesta. Una clase de populismo que puede resquebrajar valores asentados.
-Eso está vinculado al miedo a perder espacios en los que determinados entes y colectivos se encontraban muy cómodos. Todos tenemos un instinto conservador, y en la medida que observamos alguien que nos amenaza intentamos plantear una desvalorización del otro como fórmula de defensa.
-¿Por qué el PSOE no ha podido desde la izquierda aglutinar la fuerte corriente que atrae Podemos?
-Tachar al PSOE de izquierdas es matizable y, por otro lado y superando esas etiquetas, si no ha reaccionado de otro modo es porque permanecía instalado en lo constituido. Frente a lo constituyente y la regeneración que propone Podemos, el PSOE ha estado en un modelo bipartidista favorecido por ley electoral en la que asumía que cíclicamente llegaría al poder. La gente percibía además a los dos grandes partidos como una misma parte de la desinvención del estado del bienestar, y ejemplo de ello es que las reformas laborales del PP vienen de otras realizadas previamente por gobiernos socialistas. Había pues una continuidad que, unida a los casos de corrupción en el PSOE, ha hecho que se diluyan las diferencias.
-¿Y UPyD o Izquierda Unida? ¿No pueden ser ellos el refresco que según plantea precisa el sistema?
-Es evidente que sólo Podemos ha sabido calar en las emociones ciudadanas. Tal vez porque IU, aunque ha tenido una dinámica asamblearia, sigue siendo un partido clásico y, en el caso de UPyD, Rosa Díez proviene del PSOE y su proyecto trata de formar parte del mismo sistema.
-¿Por dónde debería llegar la reacción: las urnas, mayor participación social de la gente, regeneración interna de los partidos…?
-No son fórmulas alternativas, sino complementarias. Por un lado hay que trabajar en que las democracias se acerquen más a las necesidades ciudadanas, para lo cual sería positivo que entren nuevos partidos en las instituciones. Asimismo es saludable recuperar la idea de ágora; no como una discusión constante y sobre todo, sino asumiendo el debate para romper algunos cotos vedados que existen a la democracia. También, por último, sería clave que los propios agentes democráticos hagan un ejerció de responsabilidad.
-¿Lo cree factible?
-Llegados a este punto resulta muy complicado. Que los partidos pidan perdón y digan que la corrupción ha sido culpa suya in eligiendo o in vigilando a mediocres que se han aprovechado del sistema no es suficiente. Lo necesario para la catarsis que le apuntaba al principio sería apagar todo y resetear de nuevo.

 

Fotografía: Raúl Susín


noviembre 2014
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930