Diputado nacional en el Congreso y responsable de Programa y Acción Política de UPyD, Carlos Martínez Gorriarán (San Sebastián, 1959) repasó ayer en Logroño la agitada actualidad política nacional en un encuentro con afiliados del partido en La Rioja.
– ¿Han sorprendido a UPyD los últimos escándalos políticos con el caso de Bárcenas a la cabeza?
– No, porque no se trata de casos de escándalos vinculados específicamente al PP u otro partido. Es un problema del sistema político español. Y del penal, porque no se ha abordado como se debía y hay numerosos agujeros legales para prevenir y perseguir la corrupción. La prueba es que prácticamente todos los partidos tradicionales sin excepción han incurrido y hay casos graves de corrupción. Ahora es Bárcenas, pero hace nada fueron los ERE de Andalucía, el caso Campeón, en Cataluña la situación tanto de UDC como de Convergencia…
– ¿Está exento UPyD de sospecha?
– Por supuesto. No decimos que no pueda haber cargos públicos de UPyD que lleguen a cometer fraudes o delitos, pero sí nos comprometemos a que, de ser así, en vez de salir hablando de su presunción de inocencia como hacen otros vamos a ponerlos en la calle inmediatamente. De momento, en nuestras listas electorales no van ni siquiera imputados por delitos contra las administraciones públicas como sí sucede en otros partidos.
– ¿No será porque UPyD es aún un partido joven y no ha tenido posibilidad de “tocar” poder?
– Ya hemos tenido oportunidades de demostrar nuestra apuesta por la limpieza absoluta. Contamos con representación en el Congreso, en comunidades y ayuntamientos y, por ejemplo, nos han hecho ofertas para estar presentes en cajas de ahorros que rechazamos antes de que estallara la burbuja financiera y se conociera lo que UPyD venía denunciando. También hemos tenido conflictos en la figura de ediles de pueblos que no respetaron la opinión del partido y los compromisos de los electores, por lo cual les hemos puesto en la calle. Porque no lo olvide: la corrupción no sólo tiene que ver con el lucro personal o el enriquecimiento ilícito, sino también con el incumplimiento de las promesas o un programa.
– El revuelo y las llamadas a la transparencia no son nuevas y, sin embargo, la historia se repite.
– La diferencia respecto a lo que ocurrió hace años con casos como Filesa o Naseiro es que ahora la sociedad está mucho más indignada y vigilante ante la corrupción. A pesar de quedar demostrado que había partidos y dirigentes con grandes escándalos encima, la gente les ha seguido votando. Pero eso ha cambiado y ahora se ha generalizado un “basta ya” a esa tolerancia que tendrá un reflejo directo en las urnas.
– ¿Ayudará esa desconfianza hacia los partidos clásicos al auge de UPyD en territorios como La Rioja para tener, por fin, representación en Logroño o el Parlamento?
– Es un hecho que cada vez hay más gente que nos considera una alternativa válida a los partidos viejos, si bien hay factores limitadores como la Ley de Partidos. En cualquier caso el ascenso de UPyD es evidente y en La Rioja tendemos cada día a un mayor respaldo.
Fotografía: Justo Rodríguez