En pleno debate sobre cómo ajustar la Ley Electoral a la realidad riojana, el PR ha lazando su propia propuesta. La formación que lidera Miguel González de Legarra ha ido más allá de las sugerencias planteadas por los partidos mayoritarios, enrocados principalmente en el número de diputados y la rebaja del umbral para tener representación en el Parlamento del 5 al 3% de los votos, que el PP frenó hasta que se modifique la ley nacional en el mismo sentido para los comicios municipales.
Además de apostar abiertamente por el 3%, los regionalistas proponen más. Lo medular, desbloquear las listas con un voto preferencial distribuido entre los siete de cada papeleta que superen el 5% de apoyos (a excepción del número uno) y que el cabeza de lista se escoja por primarias. La propuesta hinca incluso más a fondo en detalles como incorporar el voto electrónico para los riojanos residentes en el extranjero, la obligación de ofrecer al menos dos debates preelectorales en los medios públicos (uno entre los líderes de los partidos mayoritarios y otro entre los primeros candidatos de todos los partidos) y contemplar la sustitución temporal de los diputados por un máximo de seis meses.
Más allá del interés de los cambios que defiende el PR, lo llamativo es su mimetismo con la reforma electoral asturiana que ha concitado el debate político en los últimos meses y que aquel Parlamento del Principado acaba de tumbar. El catálogo de los regionalistas reproduce prácticamente punto por punto el contenido acordado en la ponencia de la Cámara de Asturias. Con excepción de lo referido a los gastos electorales y la cuestión de las circunscripciones que aquí no tiene lugar, su propuesta es un calco de aquella con algún matiz acoplado al terreno. Por ejemplo, el límite del 3% que ya regía en las elecciones autonómicas del Principado, el tamaño de las listas abiertas (aquí se aboga por votar sobre siete aspirantes en vez de nueve) o en, los debate públicos, Legarra cree más conveniente abrir a todos los partidos que se presenten a las elecciones en vez de a los presentes en el hemiciclo como se proponía en Oviedo.
¿Casualidad, copia o coincidencia de criterio? El líder del PR reconoce que su propuesta se “inspira” abiertamente en la de Asturias. Según su versión, la fuente de la que bebe es el departamento de políticas de la Universidad Pompeu Fabra. La misma universidad y los mismos especialistas a los que al parecer ha consultado el Parlamento asturiano para afinar su prolija reforma. Eso sí, con casi dos años de diferencia, pues la reforma electoral ha sido una cuestión medular en la política asturiana desde la última convocatoria electoral que dio la mayoría al PSOE con el respaldo de UPyD tras la decisión de Álvarez Cascos de disolver el Parlamento por falta de respaldo en los primeros comicios
A quien mira el PR es precisamente a un partido rival como UPyD (y IU, que también se sumó a la petición del partido de Rosa Díez en Asturias), principal muñidor de la propuesta de reforma para intentar equilibrar el peso de los votos a favor de los minoritarios. De hecho, el pacto con los socialistas pendía de la aprobación del cambio electoral en los términos en que UPyD pretendía y ahora, tras el rechazo de los socialistas a pesar de su compromiso inicial, el futuro de aquel Gobierno queda en el aire. El mismo camino sin salida que le queda a la propuesta con sabor a sidra de los regionalistas del PR.