Látigo de corruptos e injusticias para unos y demagogo ávido del aplauso populista para otros, Miguel Ángel Revilla (Polaciones, Cantabria, 1943) ha recalado en Logroño presentando su nuevo libro ‘La jungla de los listos’, donde repasa con acidez crítica la actualidad desde su experiencia como expresidente de Cantabria.
– ¿Cuáles son esos listos a los que alude en el libro?
– Todos los que han creado esta crisis y podrían crear las que les dé la gana porque cuentan con el beneplácito de los gobernantes. Aquellos que acumulan el 30% del dinero de todo el planeta en paraísos fiscales, pero también sus peones: agencias de rating, medios especializados que hunden o elevan países con rumores y titulares, los funcionarios que crean leyes apropiadas a sus intereses. ¿Es razonable que unos pocos acumulen tanto? No hombre, no. Eso significa que hemos pasado del capitalismo a la rapiña.
– En su libro reparte culpas también entre una sociedad que sólo se moviliza por fútbol y goles.
– Eso es porque se vota a ciegas a una gaviota o un puño con una rosa sin saber quién va en la lista. El ejemplo más palmario es que Bárcenas haya sido el senador más votado de la historia cántabra aunque nadie le ha visto jamás por aquí. Para evitarlo hay que cambiar muchas cosas, empezando por una circunscripción electoral única y las listas abiertas.
– Pero también hay, como usted mismo escribe, una «campaña de acojonamiento» a la sociedad.
– Porque cuando los poderes toman medidas duras a la vez cambian las leyes para amedrentar al personal. La gente se enciende con lo mal que estamos, pero si se expone a multas estratosféricas por manifestarse como si fueras del G-20 al final se queda en casa. Cómo será, que el otro día pasaba frente al Congreso con otros dos amigos y les dije: cuidado que somos tres y esto ya es un grupo peligroso para la Policía.
– En el caso de Bárcenas sostiene que el origen de la presunta corrupción está en la financiación de los partidos. Lo dice como si usted no perteneciera a uno.
– No va a comparar hombre. El PRC es un “partiduco” comparado con el despliegue de propaganda de esas formaciones que parecen desfiles en la Quinta Avenida de Nueva York. El que hace una donación no es porque se crea una ONG sino que le llega el olorcillo del poder y luego reclama su parte. Bárcenas vio todo el dinero que pasaba delante de él hasta que un día se quedó un poquito. El problema es que cuando trincas una vez ya te has aficionado.
– ¿También la Corona habita en esa jungla de listos?
– No imagino que Urdangarín dijera en Zarzuela que iba a montar un tocomocho para sablear a la gente. Es cierto que lo que recaudó fue por ser yerno del Rey y todos dieron dinero “por si acaso”, pero no creo que don Juan Carlos esté implicado por más que aquel discurso de que todos somos iguales queda muy lejos.
Fotografía: Juan Marín