Ya está. Las dos entradas anunciadas por Pedro Sanz son finalmente dos de los nombres que más sonaban entre las quinielas: Gonzalo Capellán, que finalmente y en contra de lo que anunciaba la prensa cántabra no será consejero en Santander sino en Logroño, y Concepción Arruga que era la mujer con más números para ocupar la cuota femenina que el Gobierno riojano exigía.

Las salidas son las que más sorpresas han acarreado. Y no por Muñoz, Vallejo y Alegre por cuya continuidad nadie daba un euro, sino por Sagrario Loza y Conrado Escobar. La primera había sido uno de los baluartes de Sanz casi desde 1995, jugando un papel básico en los servicios sociales por los que el de Igea tanto ha apostado desde su inicio. El segundo ha jugado el papel de gran esperanza blanca desde que de joven ocupó la dirección de Nuevas Generaciones. Secretario general, hombre fuerte en el Ayuntamiento, sendor autonómico, unas veces defenestrado y otras aupado como consejero y orador en el Parlamento…. la carrera de Conrado sufre ahora un corte brusco, justo después de la asunción de las competencias de Justicia por las que La Rioja tanto había bregado.

El interés ahora reside en conocer cómo quedará configurado el segundo escalón y dónde se ubicarán las figuras (alguna histórica, como el caso de Vallejo) que ahora salen del Gobierno de Sanz. Ya se anunció que el recorte iba a ser considerable, y las víctimas abundantes. En cualquier caso, el de Igea es consciente de que el camino que queda por recorrer es largo y que los huecos que quedan por cubrir bien con el Ayuntamiento de Logoño o en la Delegación de Gobierno si Rajoy gana las elecciones amortiguarán el tajo al que se ha visto obligado el Ejecutivo por razón de la crisis.

Foto: Concepción Arruga, retratada por Juan Marín