El PSOE se ha cansado de exigir al Gobierno riojano que prescinda de la gavilla de agencias, entes y sociedades públicas de todo pelaje que pueblan un mundo paralelo a la Administración. Lo ha hecho mientras el PP daba largas y, paradójicamente, el Ayuntamiento bipartito de la capital riojana mantenía fundaciones como Logroño Turismo con el agravante de las denuncias e irregularidades que la han tenido constantemente en el punto de mira. Ahora que el nuevo Consistorio se propone suprimir la entidad asumiendo sus funciones y recortando así nada menos 600.000 euros, queda por saber si el PSOE aplaudirá a la decisión o el PP se mutará en defensor a ultranza de todo lo público.
Ha tenido que llegar la crisis para evidenciar las dudas que suscita ese ecosistema fuera del sistema que en aras de la agilidad y la eficacia –y el reconocimiento así implícito de la pereza e ineficiencia de la Administración– ha venido sirviendo no pocas veces como vía para manejar el dinero de todos sin la transparencia obligada y situar a muchos en puestos para los que en la puerta de al lado se exigen estrictos requisitos. Dado que nadie (la Sanidad, el Deporte o hasta la universidad) ha estado exento de caer en la misma tentación opaca aún a costa de alimentar esa duplicidad ahora insoportable, cabe pensar que a lo mejor va en serio que se va hacer más con menos. Algunos nos conformamos con que hagan lo mismo con la mitad.
Fotografía: Díaz Uriel