Al bajar esta mañana de la pensión, he visto un viejo cartel electoral del PSOE, medio arrancado y con los colores desvaídos, y me ha venido a la mente la triste historia del jefe Zumpú. En el poblado nadie quiere acordarse hoy del jefe Zumpú, ni siquiera los que antes le reían las gracias y […]
En el poblado pusieron hace años una delegación del Instituto Cervantes. Cogieron una choza, colgaron un cartelón rojo, metieron una pizarra y un señor del Ministerio nos trajo unos cuantos quijotes amarillentos de la editorial Austral, pequeños y gordos como las arañas peludas de la selva y con unas letritas que parecían un desfile de […]
Cuando el jefe Mondongo me exigió volver a Logroño, le pedí que me mandara a un hotel de tres estrellas como mínimo. «¡Yo soy un señor catedrático -le espeté- y tengo un estatus que mantener». El jefe Mondongo me miró extrañado, balbució algo sobre la troika y los recortes y me contestó que había tenido […]
Estos últimos años han sido muy agitados en el poblado. Un grupo de jóvenes, hartos de que el jefe Mondongo y sus secuaces metiesen la mano sin disimulo en la caja del botín, montaron una acampada en la selva, aclamaron como mesías a un tipo con coleta y crearon el movimiento ‘Comemos’. Defendían, entre otras […]
El piloto de Germanwings que hace la línea Uagadugu-Agoncillo parece un tipo simpático, aunque un poco raro. Por megafonía nos dice que volaremos a diez mil pies y que ya está mejor de lo suyo. También dice que, por si acaso, en cabina lleva un orinal. A mí todo esto me suena extraño, pero como […]
El jefe Mondongo lleva obsesionado con Pedro Sanz desde que supo que llevaba años y años mandando en su tribu sin haberse siquiera manchado el taparrabos. Al jefe Mondongo, que cada año tiene que alancear dos o tres leones para seguir con el cetro, le parecía casi un milagro que un tipo como Sanz (que […]
El jefe Mondongo vive en una choza a las afueras del poblado. Tiene una piscina, un merendero con parrilla para asar misioneros al sarmiento, un altar para sacrificios rituales y una cama grande para comprobar, antes de los sacrificios rituales, si las vírgenes son efectivamente vírgenes y no unas mentirosas que van por la vida […]
El otro día estaba tumbado en la choza poniéndome ciego de daiquiris y acariciándole las tetas a una alumna buenorra cuando una imperiosa llamada del jefe Mondongo interrumpió mi trabajo de catedrático universitario. Deben ustedes saber que, con mis vivencias anteriores en Logroño, en las últimas elecciones autonómicas (¡hace ya cuatro años!), publiqué una tesis […]
Nadie pisa las calles de Logroño como Eduardo Gómez. Por su rincón pasa la vida diaria de los bares y restaurantes de la ciudad, con la mirada de un personaje único.