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Mayte Ciriza

Que quede entre nosotros

Hablar

Debajo de la imagen del patio de vecinos en el que hay varias personas, hablando de ventana a ventana, viene el texto “el guasap de antes”. Desde que manejamos las redes sociales y la mayor parte de la comunicación es a través del móvil, la conversación cara a cara se ha convertido en algo excepcional. Sin embargo, la charla de toda la vida, aunque sea informal, es el primer paso para crear un vínculo con los otros, es importante para crear empatía.
En el día a día, cuando llegamos a casa, excepto si ha sucedido algo extraordinario, llegamos ya “hablados” y sin tiempo para charlar. Por eso, las vacaciones son un buen momento para la conversación. Agosto es un mes propicio para hablar, lejos del trabajo, lejos de las obligaciones, lejos de estar permanentemente conectados a la red, sin tener la cabeza metida en el móvil.
Agosto es también un mes para disfrutar de las comidas familiares, de largas conversaciones en la sobremesa, de cenas con amigos en las que la tertulia se alarga sin la tiranía del reloj a la mañana siguiente. En vacaciones nos sentamos en torno a una mesa para hablar mientras comemos y eso nos estimula, nos relaja y nos hace más felices.
Hablar es positivo en sí mismo, es bueno, es una de las actividades más saludables que podemos practicar, es terapéutico, como señala con insistencia Luis Rojas Marcos. Es bueno incluso para el corazón, reduce las pulsaciones y baja la presión arterial, explica el cardiólogo Valentí Fuster. Si en España la esperanza de vida es una de las más altas es, entre otras cuestiones, porque hablamos más. Por cierto, eso de que las mujeres hablamos más que los hombres es falso, se ha demostrado que el número de palabras que hombres y mujeres utilizan en hablar cada día es más o menos el mismo.
Pero donde es más necesario hablar es en la política, siempre y más aún ahora mismo en nuestro país. Vuelvo a recordar aquello que dijo Suárez “hay que elevar a la categoría política de normal lo que a nivel de calle es normal”. Los líderes de los partidos políticos tienen mucho que hablar entre ellos, pero no hablar por hablar, sino hacerlo para llegar a acuerdos, permitir que haya por fin un Gobierno en España y evitar el esperpento de unas terceras elecciones. No sólo en lo personal, sino también en lo político, agosto es un buen mes para hablar.

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Por Mayte CIRIZA

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