Bruce Springsteen, una de las más grandes figuras de la música de nuestro tiempo, ha confesado que lucha desde hace años contra la depresión. El famoso rockero, que va a cumplir 67 años este mes, revela en sus memorias, que se publican a finales de septiembre, su batalla contra esta enfermedad que le acompaña de forma intermitente desde hace tiempo. The Boss ha declarado: “uno de los puntos que abordo en el libro es que donde quiera que estés o con quien quiera que estés, la depresión nunca te deja. Nunca conoces sus parámetros”.
Y es que la depresión es una enfermedad grave y muy incapacitante, y además del enorme sufrimiento personal que conlleva tiene un alto impacto en nuestra economía, ya que afecta más a las personas jóvenes, que son las que están en plena etapa productiva (un 10% de las bajas laborales se debe a esta causa, y quienes la padecen y no cogen baja no rinden igual). Esta enfermedad no es menor: para que nos hagamos una idea, a lo largo de la vida la van a padecer cerca de un 15% de españoles. Y va a más, porque según la Agencia Española del Medicamento, desde el año 2000 hasta el 2013 las prescripciones de antidepresivos han aumentado en un 200% en nuestro país.
No es lo mismo estar triste que estar deprimido, una depresión es algo muy jodido. Quien la sufre se siente en un agujero del que no va a salir nunca, el futuro lo ve negro, no tiene energía para hacer nada y le faltan la autoestima y las ganas de vivir.
Sin embargo, la depresión es algo de lo que se puede salir con un tratamiento. No se está deprimido para siempre, es algo pasajero (aunque quien lo está piensa que nunca va a curarse), y ayuda mucho compartirlo y contárselo a los más cercanos. De la misma manera que se va al traumatólogo cuando uno se rompe un hueso, hay que ir al especialista cuando se rompe el alma.
Las personas que están alrededor son las que primero lo detectan. Lo que hay que hacer es no trivializar la situación; hay que saber que estamos ante un problema serio y se necesita ayuda; no hay que reprocharle estar así (no se está deprimido porque se quiere) y, sobre todo, hay que empatizar y no caer en los “vamos, anímate”.
La depresión no acaba de salir del armario porque se considera que confesarla es reconocer una debilidad; por eso mucha gente que la sufre no lo dice y se sigue viendo como un estigma; por eso se oculta, algo que no ayuda a combatirla.
Bruce, un ídolo de masas, un músico genial que ha dado forma a lo que millones de personas pensaban y sentían, uno de los iconos de nuestra época, al revelar sin complejos y sin tapujos su lucha durante años contra la depresión está ayudando a mucha gente y demuestra, una vez más, que sigue siendo The Boss, El Jefe.