No me guiñes el ojo
Mucha de la indignación que atesoramos los ciudadanos proviene de la actuación de quienes debiendo dignificar el sistema democrático han convertido las instituciones en un espectáculo de apariencias tan decadente como decepcionante, en un juego de medias verdades con vocación de mentiras incapaces de ocultar su propia degradación. Dos sucesos recientes resultan ilustrativos. Uno se […]