En estos días estoy cambiando, entre otras cosillas, y como podéis estar observando, mi logo por un barquito de papel. Y por eso hoy quiero compartir con vosotros unas reflexiones al respecto con la intención de que os sirvan para vuestro propio viaje por la vida. A ver qué os parece;)
Todos somos barquitos de papel en el océano de la vida.
Sin embargo, los hay de papel de diferentes calidades y plegados con mayor o menor acierto. Y estos dos factores influirán en la resistencia y características de cada barco en particular.
Por supuesto que posteriormente se puede desplegar el folio y volverlo a plegar, incluso transformarlo en un avión, o escribir o dibujar en él. Pero las marcas de las dobleces ya hechas permanecen y condicionan en cierta manera, al igual que el tipo de papel con el que uno está hecho, las posibilidades futuras.
Esto no es malo, tampoco bueno, simplemente es. La naturaleza funciona así, y tras el verano viene el invierno. Por lo que las quejas continuas o el cinismo sólo nos hacen perder oportunidades de vivir apasionadamente. Sí, viviremos apasionadamente si tomamos lo que hay como un viaje a un país desconocido, saboreando la belleza del proceso, la aventura del descubrir y el cosquilleo de adentrarnos en el misterio. Por propia experiencia sé que atravesar las limitaciones (físicas y psicológicas) puede lleva a lugares inimaginables (en unas líneas volveremos a esto).
Me gustan los barcos de papel porque éste los hace delicados a la vez que viajeros, exploradores Y así somos todos: en nuestra debilidad puede esconderse una fortaleza y viceversa. Y yo, por otro lado, he de reconocer que me siento mucho como un barco de papel: frágil por mi discapacidad (y todo lo que ella ha conllevado y conlleva), por ejemplo; y exploradora por el anhelo de apertura que me caracteriza. Me gusta también lo que evoca tanto “delicado” como “explorador”… incluido lo aplicable a mi forma de trabajar (cuidadosa y descubridora).
Por otra parte, además todos somos navegantes de la vida con sus tormentas, sus momentos de sentirnos a la deriva, perdidos o con la sensación de estar navegando en círculos. Eso sí, cada uno a su manera: con sus mapas, su brújula y sus Ítacas. Y es este punto el logo también me recuerda la famosa frase “ningún mar en calma hizo experto al marinero”. O dicho de otra manera (y volviendo a lo de arriba), atravesando las dificultades externas e internas es como te haces rico interiormente y se abren en el exterior nuevos horizontes (y en esto yo soy experta, tanto por lo profesional como por lo vital, jeje, y por esto lo que hago lo llamo “psicoterapia para atravesar dificultades”).
En este blog lo que trato es daros pistas para este navegar. Sin embargo, aunque se llama “Mini mapas para tormentas”, cada uno ha de ir creando los suyos propios y actualizándolos lo más frecuentemente posible pues NO son el territorio (con lo que quedarse pegado a ellos suele ser peligroso para uno mismo o para el prójimo).
Y en la consulta lo que hago es, con mi singularidad y experiencia, hacerme instrumento para que la persona descubra la salida a través de esa dificultad en la que se encuentra. Ahí mi elección del logo, además de todo lo anteriormente comentado, claro, y de otras cosillas como el origami, el juego y la infancia, y todo lo que a cada cual le evoca este simple dibujillo.
Quizá hasta algún día me anime a escribir un cuento a partir de todo esto… quién sabe;)
***Mercedes García-Laso, tu psicólogo en Logroño, FB, Tw y Ln | Encuentra el tema que te interesa en índice de todos los Minimapas para Tormentas***