29 de abril, Día Internacional de los Deseos: García-Laso. psicólogo Logroño, desenreda el deseo, algo que nos hace sufrir pero que necesitamos.
El 29 de abril es el Día Internacional de los Deseos… ¿Sabías que el deseo nos hace sufrir pero, a la vez, es lo que necesitamos para seguir para adelante con la vida? Con estas 6 breves notas trataré de aclararte un poco cómo tu felicidad, y la de tu entorno, dependerá de tu manera de manejarte con el deseo.
1- Comenzaré aclarando que el desapego budista no apela a la supresión del deseo sino a tener en cuenta que nada de afuera nos hará felices. De hecho los monjes meditan varias horas al día y están implicados en muchos proyectos, cosa impensable sin deseo.
2- Sufrimos cuando nos falta el deseo, y no tenemos ganas de nada (hastío, depresión, etc.)… pero también cuando deseamos mucho y nos preocupamos o angustiamos (ansiedad, estrés, miedo, etc.)… o cuando nos frustramos ante su negativa (rabia, culpa, vergüenza, etc.)… incluso, cuando conseguimos lo que queremos, solemos sentir insatisfacción o una extraña tristeza…
3- Sin embargo, la vida consiste en encadenar un deseo tras otro (objetivos, metas, como lo queráis llamar). Y gracias a que nada nos colma es que seguimos en este juego que llamamos existencia (incluidos los ascetas, y su estupenda represión azuzadora del deseo).
4- El problema hoy es la excesiva necesidad de satisfacción inmediata. Demasiada prisa, aceleración. Y se pasa de un deseo al siguiente sin dejar el necesario tiempo de espera y de melancolía (sí, como dice Fernando Colina “deseo conseguido, duelo por hacer”).
Lo importante del deseo es el camino, no el destino (como bellamente expresa el poema de Ítaca de Kavafis). Pero en la sociedad actual esto se invierte y sólo tiene valor llegar a los objetivos, sean éstos comprarte un cochazo, viajar este año a 5 países diferentes o cualquier cosa que te propongas (porque, claro, “todo es posible”) para “ser feliz”, que es el objetivo que se nos impone por todas partes (el “tengo que cumplir con mi obligación” de nuestros padres o abuelos, ha mutado en el “tengo que ser feliz” contemporáneo).
Es decir, exigimos que el viaje al destino sea hiper rápido y, una vez llegamos, partimos hacia otro sin la mínima pausa. Además nos dicen que cualquier destino está a nuestro alcance y que si no eres feliz, eres un pringao.
Todo esto, por simplificar, tiene dos consecuencias. Una, colectiva, es el peligro de muerte en el que hemos colocado a nuestro planeta con tanto consumismo individualista. Y otra, individual, es que se nos exige estar continuamente deseando intensamente. En caso contrario, estoy “deprimido” y eso es “malo”. Cuando, en realidad, son los impass de tristeza-apatía-aburrimiento y el ir despacio lo que lleva a saborear auténticamente el placer de vivir; además de ser lo que evita caer en una verdadera depresión. Por no hablar de la frustración, la culpa, la vergüenza, o el cinismo que todo esto, que se nos vende, nos puede provocar.
Resumiendo, el loco manejo del deseo de la cultura occidental actual explica parte de los síndromes depresivos y ansiosos que padecemos.
5- Por otra parte, es fundamental diferenciar el deseo (que proviene del inconsciente), el anhelo (lo que creemos desear) y la apetencia (“ganas de comer chocolate”, por ejemplo). Pero esto es “demasiado” para un minimapa y os remito, a los que os pique la curiosidad, al maravilloso, aunque complejo, libro “Deseo sobre deseo” de Fernando Colina.
En él también se habla de cómo aparece, desaparece y fluctúa el deseo; de cómo se conjuga con el amor; de cómo a veces no conseguimos ir hacia lo que supuestamente deseamos; también explica nuestras diferentes maneras de manejarlo (Hamlet vs. Don Juan vs. Sade); y trata además específicamente el otro como objeto de deseo, el deseo sexual y el deseo de poder. (Un vídeo para escuchar a Colina)
Tengo otra lectura pendiente para estos días que me da que va a ser complementaria al libro que os acabo de citar. Es “El Deseo Esencial” de Javier Melloni:
“Estamos atravesados de deseos, con un anhelo permanente de algo más. Deseos de toda forma y especie: luminosos y oscuros, alcanzables e imposibles, ágiles y obsesivos, permitidos y prohibidos, atávicos y sutiles, siempre nuevos y siempre antiguos. Deseos que, en su aparente dispersión, son expresión de una única pasión: vivir. El impulso de la vida desplegándose en nosotros y expresándose a través nuestro, y…”
6- Por último, yo comparto la opinión de que la ética, en realidad, gira en torno al manejo del deseo, y, de nuevo, tanto en lo social como lo individual. Y sólo un apunte sobre esto segundo, para cerrar el minimapa: El placer y el dolorson las dos caras de la misma moneda… y el miedo al dolor no puede impedir la búsqueda del placer, los obstáculos no han de frenar a la hora de intentar lo que quiere una mente clara y un corazón sincero.
Hasta la próxima, navegantes!
***Mercedes García-Laso, tu psicólogo en Logroño, FB, Tw y Ln | Encuentra el tema que te interesa en índice de todos los Minimapas para Tormentas***