“Sólo quiero que mi pareja me entienda…”; “Por qué siempre acabo metida en líos similares?”; “Es la primera vez en mi vida que me planteo ¿es ésta la vida que quiero tener?” …Dificultades en las relaciones, síntomas o como una voz interior es lo que nos puede llevar, como a Neo, ante la elección entre […]
“Sólo quiero que mi pareja me entienda…”; “Por qué siempre acabo metida en líos similares?”; “Es la primera vez en mi vida que me planteo ¿es ésta la vida que quiero tener?” …Dificultades en las relaciones, síntomas o como una voz interior es lo que nos puede llevar, como a Neo, ante la elección entre píldora azul o píldora roja.
Cada uno tiene sus particulares gafas para percibirse a sí mismo y al mundo. Las hay de cristales rosas, ahumados, con anteojeras etc. Por lo tanto, lo que veo no es la realidad sino lo que los filtros de mis gafas me muestran. Y por eso, nos cuesta tanto comunicarnos con el otro (si yo veo esta mesa negra y tú blanca, es como imposible convencerte de que yo tengo la razón) y más aún que nos comprendan (ainsss, cuánta queja y reproche sobre ¡qué Fulanito no me entiende!)… y qué decir de los malentendidos y desencuentros que campan a su anchas por todo lados.
Además de gafas, tenemos mapas… bueno, en realidad los filtros de nuestras gafas son consecuencia de ciertos mapas pero yo juego con las dos metáforas. Los mapas son determinadas configuraciones de conexiones neuronales que nos hace reaccionar de una manera característica (patrones de reacción) y percibir de una manera concreta (las “gafas”). Y son producto de la interacción de lo innato con nuestras vivencias.
Veamos ahora las consecuencias de los mapas: A cada uno nos llegan las cosas de una manera, cada uno vivimos en nuestro mundo; No vemos realmente al otro: proyectamos, con más o menos tino; Y si os fijáis, todos vivimos como en el Día de la Marmota porque tendemos a repetir las situaciones que nos suceden (fundamentalmente en lo sentimental), al soler reaccionar inconscientemente ante algo siempre de forma parecida… ¿no te has preguntado alguna vez, por ejemplo, cómo es posible que siempre atraigas al mismo tipo de gente?
Por todo ello es tan importante hacerme consciente de mis gafas y mapas, y conocerlos. Por ejemplo, y me voy a centrar en las creencias por ser lo más sencillo dentro de la complejidad de este tema: la mayoría de mis ideas sobre lo que está bien y mal, sobre cómo tengo que ser yo, los demás y la vida son implícitas, es decir, que ni si quiera sé por qué me muevo por el mundo como lo hago.
Sin embargo, me resisto cual gato panza arriba a hacer conscientes mis creencias y cuestionarlas porque esto provoca incertidumbre, y la incertidumbre es lo que peor lleva el ser humano (preferimos, incluso, un diagnóstico fatal a la angustia de la espera del dictamen médico). Además, el “saber” remueve mucho: tal y como escribe el refrán “ojos que no ven, corazón que no siente”; o señalé yo en otro lugar “no saber que la falda que te quieres comprar es producto de la explotación infantil te hace más ‘feliz’ (analogía de por qué el autoconocimiento angustia, enfada y deprime, y en consecuencia se evita)”.
Ampliar visión lleva a más libertad obviamente pero como decía Winston Churchill “Los seres humanos ocasionalmente tropezamos con la verdad, pero casi siempre nos levantamos rápidamente y seguimos como si nada hubiese pasado”. Es decir, nos buscamos las más extrañas maneras de permanecer con nuestras gafas y mapas en nuestra zona de confort (por muy poco “confortable” que sea) y cuando por alguna circunstancia vemos algo, tapamos de inmediato, para evitar responsabilizarnos.
De todas maneras la flexibilidad de los mapas personales es muy variable. Por eso un viaje a otra cultura a algunos nos mueve más que a otros… y también depende del momento y del área más o menos nuclear que se me esté zozobrando.
Tenemos infinidad de mapas, muchos incluso contrapuestos, que yo trabajo con otra metáfora “mis diferentes partes o personajes” (ej: mi “Señorita Rotenmeyer” que se enzarza con mi “Escaqueadora” cada vez que suena el despertador). Pero esto lo dejo para otro mini-mapa y voy a acabar éste señalando que los monjes budistas suelen aconsejar psicoterapia a los occidentales porque estamos demasiado pegados a nuestras gafas para avanzar en la meditación (y ésta se queda en una mera alternativa a los ansiolíticos). Así que ahí lo dejo;)
***Mercedes García-Laso, tu psicólogo en Logroño, FB, Tw y Ln | Encuentra el tema que te interesa en índice de todos los Minimapas para Tormentas***