Alguna vez os ha pasado descubriros perdiendo los papeles por una tontería? O lo que es más fácil, observando atónitos como lo indicado le ocurre al otro? Esto es lo que en psicología junguiana se llama la Sombra… a la que hoy quiero dedicarle este mini mapa porque comenzar a tantearla es fundamental para ganar […]
Alguna vez os ha pasado descubriros perdiendo los papeles por una tontería? O lo que es más fácil, observando atónitos como lo indicado le ocurre al otro? Esto es lo que en psicología junguiana se llama la Sombra… a la que hoy quiero dedicarle este mini mapa porque comenzar a tantearla es fundamental para ganar un poquito de libertad y descubrir potencialidades inimaginables.
Cuando digo “yo no soy…(tal cosa)”, eso es Sombra. Es decir, todo lo que yo considero que no soy, o que no quiero ser, o que no debo sentir, lo relego al inconsciente y pasa a formar parte de mi sombra. Suelen ser cosas que yo creo malas, como ser avaricioso o un asesino o desear a la mujer de mi mejor amigo… Pero también hay en ella aspectos que yo admiro, que deposito en otros, que creo no poseer (ya que, por ejemplo, no nos creemos nuestro poder y lo proyectamos en un líder, santo o salvador… o en los apuros buscamos el “amuleto” o al “jefe de mi departamento que es un crack”).
¿Y cómo se manifiesta la Sombra? Pues, y sin irnos a casos extremos, por ejemplo cuando una caritativa dama admirada socialmente, de repente cruza el umbral de su casa y se transforma en una bruja con su marido; o el dócil empleado que luego machaca a sus hijos… Y es aquí donde introduzco el segundo concepto de este post: nuestra sombra la proyectamos en los demás, en lo externo, en lo que llamamos “Espejos”. Lo que no acepto en mí, lo veo en el otro… y como ejemplo paradigmático tenemos el “pecado”.
La Sombra también actúa a otros niveles, por ejemplo induciendo somatizaciones, pero hoy nos centraremos en el tema de los Espejos.
Pongamos otro caso: en una familia, la madre no soporta ver el trapo de la cocina sucio y se queja, una y otra vez, de ser ella la que siempre lo limpia. Ahora desarrollemos a partir de este ejemplo las características esenciales del proceso:
La sombra se manifiesta en pequeños detalles… cuando algo es “exagerado” o “inadecuado”… por ejemplo, cuando lo que es una tontería para los demás, a mí me molesta ¡pero que mucho! y en vez de irme, me quedo exigiendo que la situación cambie.
La pregunta entonces sería: ¿Qué pasa aquí (en mí) que tanto me molesta allí (ahí afuera)?
Esto exige algo de transcripción para cada caso y situación… que en este ejemplo podría ser: “¿qué pasa con los trapos sucios en tu familiar?”. De esta manera, se tomaría consciencia del espejo; e indagando en la respuesta se comenzaría a liberar la sombra (hacerla consciente para posteriormente integrarla).
Primera consecuencia palpable: dejo de hacer más de lo mismo, es decir, de echar la bronca en casa para nada, ya que sigo siendo yo la que limpia el trapo. (Regla a recordar: cuanto más intento cambiar el espejo, más el espejo se niega a cambiar. Y es que pensamos que cambiar al otro es fácil y cambiar yo difícil… ¡pero resulta que el otro piensa lo mismo!).
Proyectamos en los demás la culpabilidad de todo lo que nos ocurre a nosotros… y hay que ir tomando consciencia de que aquello que ves en el otro, está en ti. Suena raro, lo sé. Pero por eso las relaciones son el mejor medio para conocerme, ya que me relaciono conmigo misma a través de las relaciones con los demás. Es decir, por ejemplo, los consejos que doy son los que más necesito; y en lo profundo se puede intuir que nadie me esta haciendo daño sino que yo me lo estoy haciendo a mi misma a través del otro.
Por supuesto que los demás tienen lo suyo… pero también es cierto que nosotros atendemos a unas cosas y no a otras (cuando estás embarazada, de repente ves mamás por todas partes) y que además nos juntamos con gente que tiene una perspectiva similar de la vida… y así reafirmamos nuestro propio juicio… y un juicio habla mucho más del que juzga que del objeto juzgado.
También se muestra la sombra en las acciones impulsivas o involuntarias (ejemplo: los lapsus); o cuando me siento humillado (pues le otorgo mi poder al otro); o en la atracción (o en la aversión) a lo morboso, a las noticias negras etc.
En fin, es un tema demasiado complicado para un mini-mapa pero consideraba esencial dejar aunque sólo fuera una pincelada, ya que ir conociendo y aceptando la sombra de uno, cambia la vida y lo digo por experiencia (personal y profesional).
***Mercedes García-Laso, tu psicólogo en Logroño, FB, Tw y Ln | Encuentra el tema que te interesa en índice de todos los Minimapas para Tormentas***