Ayer comencé a trabajar tras dos semanas… y lo que había comenzado a fraguarse a principios de verano, se ha materializado en estas “vacaciones” como el paso a una nueva etapa. Este mini-mapa va a ser, por tanto, el primero en una nueva categoría de este blog… un categoría mucho más personal, que no bautizaré hasta observar por dónde va el curso de este balbuceante riachuelo. Me permito entonces escribir así a lo bruto, a borbotones, y que cada cual se deje no entender y resonar si es que le apetece;)
Sólo hay proceso, amigos, sólo proceso. Ni siquiera camino (como decía Machado). Y, claro, mucho menos destino. Así es como al menos yo lo siento… y desde hace algo más de una semana, además, vivo como el segundo de los cuatro puntos que fundamentan mi nuevo estar en el mundo.
El primero es confiar en la Vida, en Zoa, en Dios para los creyentes, en la naturaleza para los ateos… y pido ayuda hacia dentro para sentir cada vez más profundo mi insignificancia (la insignificancia, a la vez, de ser todo).
Es el primer punto porque lo siento como el camino esencial por el que he de avanzar… avanzar para simplemente ser, como la hoja de un almendro… y lo que permite todo lo demás.
“Confía, sólo hay proceso” surge de algún lugar interno desconocido, me remueve las entrañas y me permite abrir puertas que ni sabía que existían. Esto, claro, ha sido fruto de siete años de pico y pala, de una adolescencia eclosionada a los 33 y que este verano volviendo al lugar donde comenzó (y coincidiendo con los 40 ¿curiosas cifras, no?), da paso a otra etapa… a otra etapa también de pico y pala, pues aun quedan cosas importantes que vaciar, pero con otro cariz (o en eso confío, jeje).
En fin, no quiero escribir máspalabras que me vienen porque siento que he de esperar a que sea mi estar en el día a día el que vaya por delante y a que mis contradicciones me ayuden a profundizar. Y por esto mismo, tampoco voy a entrar hoy en el tercer y cuarto punto, “escuchar” y “agradecer” (aunque sobre “escuchar” podéis leer algo aquí).
Según tengo entendido hay dos caminos en lo que llaman desarrollo espiritual, ambos necesarios pero con diferente predominancia según culturas y personas: el del corazón y el del discernimiento. Bueno, pues ahora sé que mi anhelo profundo me empuja al primero.
confiar, escuchar, agradecer para explorarme y darme a la Vida.