Como cada año, en los comentarios que escucho ante las celebraciones del Orgullo Gay (en realidad, “LGBT Pride”, es decir que una traducción más adecuada sería “dignidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales”) veo el lío que se hace la gente. Por eso, se me ha ocurrido redactar un #minimapa aclarando conceptos de forma muy muy simplificada (subrayo lo de “simplificada” porque la realidad siempre es compleja).
Primero, mi sexo biológico será masculino si tengo cromosomas “XY”; y femenino si son “XX”.
Segundo, mi identidad sexual corresponde a si me siento hombre o mujer… a si me identifico como, si me etiqueto como, hombre o mujer. Y me queda pendiente hablaros del concepto “transgénero”.
En tercer lugar, tenemos mis características “masculinas” y “femeninas”, que son independientes de mi sexo y de mi identidad sexual. Yo a veces por analogía las nombro como características “yan” (masculinas) y características “yin” (femeninas). Así el porcentaje yin-yan varía en un continuo y podemos encontrar incluso personas dentro de la categoría “mujer” con mucho más porcentaje yan que otras que se etiquetan como “hombre”.
Cuarto, el concepto “orientación del deseo” alude a un continuo que va desde el puramente heterosexual (cuando sólo y exclusivamente te sientes atraído por personas de identidad sexual diferente a la tuya) hasta el puramente homosexual. Y entre uno y otro, todos los diferentes grados (el punto medio correspondería a un bisexual exacto). Además, especialmente en mujeres, puede variar con el tiempo. Es, por otra parte, independiente de tener más o menos características masculinas-femeninas (un “hombre” puede ser 90% yan-10% yin y ser homosexual).
Por último, las conductas sexuales: uno puede tener clara su orientación heterosexual, por ejemplo, y “enrollarse” con alguien de su mismo sexo (digo “sexo” por simplificar, pero, salvo que diga lo contrario, me refiero a “identidad sexual”).
Así la transexualidad se refiere a cuando el sexo biológico y la identidad sexual no coinciden. Y podemos encontrar una persona que ha nacido con pene pero que se siente mujer (identidad sexual) y a la que le atraen otras mujeres (homosexual).
En realidad, todos somos únicos y diferentes, y es precisamente la diversidad la riqueza de la especie humana. Mientras consideremos a los demás como personas, como un “otro yo”, y no un medio, un objeto, para mis fines, podemos crear cualquier cosa con nuestras vidas ¿no os parece?
***Mercedes García-Laso, tu psicólogo en Logroño, FB, Tw y Ln | Encuentra el tema que te interesa en índice de todos los Minimapas para Tormentas***