Ante el grito de la mayoría del sector que demanda una diferenciación de los vinos más allá de las menciones tradicionales (Crianza, Reserva y Gran Reserva), lejos de la previsible negativa rotunda por parte de quien puede temer una pérdida de su statu quo, la reacción ha sido una respuesta digna del mejor estratega doméstico: “Si mi amor lo que tú digas” . Y luego hacer lo que le dé la gana.
Ya tenemos propuestas de ABC, PROVIR, ARAEX, ABRA y del Grupo Rioja, para el desarrollo de un modelo de Denominación que permita la diferenciación de las producciones. Las leíamos ayer en este periódico. Aunque para el lector no conocedor en profundidad del asunto parecen ir en la misma línea, existen matices y diferencias que si no somos capaces de armonizar corremos el riesgo de entrar en discusiones y polémicas que hagan que todo se quede en nada. Y mientras tanto, aumentar los agravios y descontentos.
Muchos frentes, muchos intereses y planteamientos, que es necesario aunar. “Si mi amor, pero toca remangarse”.