Puedo decir que yo fui uno de los promotores del cambio de nombre de Rioja Baja, por lo que me siento un poco responsable de las repercusiones y foco de la polémica que se ha generado en los últimos días sobre la conveniencia o no de la denominación Rioja Oriental para Rioja Baja.
Para empezar diré que el revuelo está totalmente justificacado ya que la cuestión no es precisamente trivial. Algunos se están jugando los cuartos.
En un artículo que publicaba en el diario “La Rioja” con fecha 18 de junio de 2015 decía literalmente: “No cabe, por consiguiente, un nombre dentro de la Denominación que pueda inducir al despiste, error o menoscabo y, dado que el de Rioja Baja pudiera hacerlo, se proponen alternativas al mismo. Les sugiero por ejemplo el de Rioja Mediterránea (si no existen impedimentos legales), u otros, como Rioja Oriental, Rioja del Naciente, Rioja Dorada, Rioja Luminosa, Rioja Radiante, Rioja Brillante, Rioja Candente, Rioja de la Luz, Rioja del Contraste, … Cualquiera de ellos nos sugiere una idea más próxima a la realidad presente en esta singular subzona de la DOC Rioja. Su elección queda para los expertos en Branding (o si lo prefieren en español, imagen de marca)”.
Como veis una de mis propuestas de cambio de nombre de Rioja Baja era por el de Rioja Oriental, pero había otras…
Podéis releer el artículo completo en el siguiente enlace: http://www.lomejordelvinoderioja.com/noticias/201506/18/rioja-baja-rioja-mediterranea-20150618003636-v.html
No sé que tipo de estudio se hizo para tomar la decisión y elegir definitivamente el de “Rioja Oriental” pero hay que decir, pasado el tiempo, que probablemente se cometió un error, una vez conocemos que este tiene connotaciones peyorativas en ciertos paises. No se dice que en otros mercados, por ejemplo China, tan importante actualmente, es precisamente lo contrario.
La cuestión es que se ha hecho un movimiento estratégico y comercial que puede sea negativo de cara a la venta en mercados tan trascendetales como el de Estados Unidos. Es pues hora de tomar medidas y rectificar y si hay que envainarsela nos la envainamos, que no pasa nada. Aún estamos a tiempo antes que los daños sean mayores.
Mi propuesta de hoy es que se de libertad para la utilización de uno u otro nombre para Rioja Baja según que mercados. Se podría igualmente cuestionar la conveniencia de la denominación “Rioja Oriental” o que esta se descarte si así definitivamente se decide . Si hay que buscar otro nombre que se haga, pero antes de tomar la decisión final que se consulte con todos los implicados, y que se lleve a cabo un estudio serio de la repercusión que un movimiento de marketing de estas características, que no es precisamente baladí, supone.
Ya es hora de que la DOC empieze a ser un poco más flexible y también sensible, en este y en otros temas, dicho sea ya de paso.
Ya lo dijo Churchill: “Aquellos que no cambian de parecer nunca cambian nada”, sentencia con la que estoy plenamente de acuerdo, pues de sabios es rectificar.