A propósito de la España “vaciada”.

Viguera (La Rioja). A.Remesal

Este viernes se reúnen en Logroño el presidente Sánchez con todo su Gabinete y el ejecutivo autonómico riojano,  para tratar, entre otras cosas, sobre el reto demográfico. Quiero confiar en que entre todos encuentren la manera de encauzar este grave problema. Hasta ahora las medidas que se han ido tomando no han sido sino parches; ayudas o subvenciones que como tales no son sino remiendos que duran lo que duran y pronto dejan de cumplir su función. (*)

(*) En el momento que escribo estas líneas me congratula leer la noticia de que “El Gobierno abordará un real decreto por el que se adoptan determinadas medidas urgentes para garantizar unos precios justos a los agricultores y ganaderos, que incluye la prohibición de la ‘venta a pérdida’ y las promociones de carácter engañoso”

Cuando leo o escucho en los medios debatir sobre el despoblamiento y abandono de la España Rural, a menudo me da la sensación de que muchos de los que claman y proponen soluciones sobre este asunto están tan alejados de la realidad que todo lo que saben  de los pueblos lo han aprendido en sus estancias en alojamientos rurales, de esos  con spa y rutas a caballo.

Sobre ello, me viene a la memoria un cuento.

Era aquel hombre que, de noche, agachado, buscaba algo debajo de una farola. Una voluntariosa joven que pasaba por allí, al darse cuenta de la situación y en su afán de ayudar, le pregunta al hombre qué es lo que había perdido y dónde exactamente.

Se me ha caído una moneda allí, señalando un lugar alejado del punto que estaba buscando, contesta el hombre.

¿Y cómo quiere encontrar la moneda aquí, buscando a más de quince metros de donde la ha perdido? Dice la joven sorprendida.

Es que aquí hay luz y allí está oscuro, responde él.

Como en el cuento, con esto de la España vaciada, nada encontraremos confundidos buscando en el lugar equivocado. Para encontrar la moneda necesitamos además del buscar en el lugar correcto conseguir que la luz llegue hasta él.

NECESITAMOS SOLUCIONES ESTRUCTURALES

La MONEDA que buscamos está donde siempre ha estado. Mira que tenemos una viña y una industria ligada al vino totalmente asentada , con un nombre detrás, Rioja, que es toda una magnífica carta de presentación en todo el mundo y que además de generar ingresos por el propio vino tiene un potentísimo potencial turístico a poco que se hagan bien las cosas; una huerta antaño boyante, ahora pérdida, con una industria agroalimentaria detrás que estamos aún a tiempo de recuperar; unas condiciones para producir una fruta de excelente calidad; grandes recursos forestales inexplotados; también cinegéticos, de pesca, de hongos; pastizales y montes con grandes posibilidades para su aprovechamiento ganadero que están invadidos por la vegetación salvaje y natural pero que impiden el acceso a personas e incluso al ganado, recursos turísticos infinitos para aquellos que encuentran en el campo la tranquilidad, el escenario perfecto para pasear, andar en bici, buscar setas, disfrutar de la gastronomía, de las noches frescas o, simplemente, descansar.

La LUZ que hace falta cuando hablamos de la España rural, son carreteras, centros de salud, escuelas, guarderías, internet de alta velocidad, bancos y cajas de ahorro, infraestructuras de riego, centros para el cuidado de los mayores, guardia civil, facilidades para que los jóvenes puedan crear su propia empresa y desarrollar sus proyectos,…y también, y sobre todo, transportes eficientes y asequibles con las cabeceras de comarca y la capital donde recibir esos servicios que lógicamente no puede tener cada aldea o pueblo.

Los jóvenes se van del pueblo porque los que vivimos en las ciudades cuando vamos al supermercado no miramos la procedencia de la carne que compramos y nos da igual que venga de Brieva o de Noruega, que las patatas vengan de Casalarreina de aquí o de la casa la reina de Inglaterra, el esparrago de China o del pueblo de mi vecina, la pera de Rincón de Soto o del rincón del moco…

Consumamos productos de aquí, de La Rioja, de España, que nuestro dinero se quede aquí para generar puestos de trabajo y riqueza aquí. Esto es ser patriota y no sacar la bandera al balcón cuando juega la selección española.

Los jóvenes se van del pueblo porque no se agrupan para poder producir, tratar y comercializar sus frutos de forma conjunta, de modo que les resulta imposible llegar a las grandes superficies.

Los jóvenes se van del pueblo porque las grandes superficies venden productos “trampa”, que son precisamente los de primera necesidad, a precios por debajo del coste; porque  los grandes comercios no destinan un lugar para vender  los productos de los agricultores y ganaderos locales a un precio que les permita mantener su renta.

Vamos a ver señores y señoras, necesitamos soluciones estructurales. Los jóvenes se van de la España rural no porque se aburren, que también. Una cosa lleva a la otra. Se van porque no les gusta lo que ven cuando miran lo duro que les resulta cada día salir adelante a sus padres, porque cuando se plantean un proyecto no encuentran más que dificultades burocráticas, porque no tienen quien les brinde su apoyo y asesoramiento en temas que son desconocidos para ellos, desde tipo de empresa a formar, pasando por requerimientos legales, medioambientales, permisos, conocimiento del producto y soluciones técnicas, hasta la comercialización.

Tampoco las empresas van a instalarse en los pueblos sino tienen una infraestructura que les garantice cubrir sus necesidades de suelo, de energía, de comunicaciones, de transporte, de personal, de materias primas. En definitiva si queremos que se creen empresas hay que ponérselo fácil.

En cuanto a emprendedores, irán al pueblo por la tranquilidad, lo idílico del paisaje y el aire limpio, pero antes deben tener unos mínimos que les garantice un futuro a largo plazo para ellos y sus familias. Los pueblos están lejos, se llega por carreteras intransitables y no cuentan con los servicios exigibles  para vivir allí.

Para terminar por hoy. He utilizado el término de la España vaciada pero no estoy en absoluto de acuerdo con él. Como siempre digo, las palabras, los adjetivos, las expresiones, el vocabulario que utilizamos es muy importante, tanto que si no es el adecuado nos puede dar una visión errónea de la realidad. La España rural no está vaciada, está despoblada, deshabitada, abandonada a su suerte; vacía sí, pero solo de personas, de niños que jueguen en sus calles, de jóvenes que se establezcan y encuentren en los pueblos un futuro, un lugar donde poder trabajar, para comprar una casa, para formar una familia y… vivir. La España rural está llena, cargada de recursos no explotados, esperando que políticos y estadistas se dejen de hacer pajas mentales y apliquen la imaginación. Es en la España rural donde están las alubias, la carne, el pan, la leche y el vino que comemos y bebemos cada día, donde se genera el oxígeno que respiramos y donde nace el manantial… de la vida.

P.D.: Otro día en este mismo blog opinaré de porque ahora en lugar de niños tenemos perros o gatos y también, y esto especialmente , como las pequeñas bodegas pueden ser la solución al problema de la despoblación en los pueblos vitivinícolas de Rioja.