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Antonio Remesal

Hablando de vino

2020 año 1 d.cor. – después del coronavirus- Parte V. No se puede hacer tortilla sin romper un huevo

Viura entre tempranillos. ARV

Avergonzado estoy del cisco que se traen algunos políticos aquí y allá en esta guerra que mantenemos contra la Covid. Empecinados en tratar de hacer ver que las proposiciones  y acciones de los partidos oponentes son desastrosas, lo mismo se manifiesten en un sentido que en el contrario. Mentises, disonancias, incongruencias, despropósitos, parálisis, todos como el “perro del hortelano”.

Entre tanto, los ciudadanos en general resignados y con un comportamiento ejemplar. Solo los sectores más afectados se manifiestan, y no les faltan razones para hacerlo. Únicamente, bajo mi punto de vista, una postura  es inadmisible, es la de los llamados negacionistas. La de los que cierran los ojos y niegan la evidencia, la de los que dan la espalda a la ciencia, las de los que renuncian a tomar las medidas mínimas de seguridad. Y es que si, cumpliendo la mayoría con las recomendaciones y restricciones, con locales de ocio nocturno cerrados, bares y restaurantes, según donde, también, y limitaciones de horario, estamos como estamos ¿qué sería si  volviéramos a las rutinas de una vida “normal”? ¿qué coste de vidas ello supondría?

Pandemia=guerra

Desde que la Covid entro en nuestras vidas e inicie estos monográficos del “después del coronavirus”, me he afirmado en el paralelismo de la pandemia con una guerra. Las pérdidas en vidas humanas, la afección general en cualquier ámbito social y económico y la necesidad de combatir todos unidos, son aspectos comunes a los conflictos bélicos. Por eso me voy a permitir poner de nuevo un ejemplo que ilustrará el título de la aportación de este post. El golpe final al nazismo en la segunda guerra mundial se produjo gracias al, después conocido como,  “desembarco de Normandía”. Operación militar complicada y osada como ninguna, concebida por generales como Eisenhower y  Montgomery,   “técnicos” de la guerra que conocían bien los riesgos y dificultades que entrañaba. No dudaron en sacrificar incluso vidas humanas, soldados de sus ejércitos, con el objetivo de parar de una vez por todas, una guerra que se estaba llevando a millones de personas de todas las nacionalidades y etnias (judíos los más perjudicados) que, por voluntad o sin ella, participaron en el conflicto.

Hay datos que indican que los contactos sociales, en bares, restaurantes y también en reuniones familiares y de amigos, suponen la mayoría del origen de los contagios, lejos de los que se producen en el trabajo o en centros educativos o formativos.   Y es que comiendo y bebiendo, ya se sabe lo que pasa: nos relajamos, olvidamos la distancia, nos quitamos la mascarilla (es curioso, muchos lo hacen justo cuando hablan), gritamos,  reímos, buscamos el contacto físico tan anhelado por meses de sequía y… lo hemos visto,  luego llegan las consecuencias. Las curvas de contagios bajan y suben al mismo ritmo que nos trincan o nos dan suelta, para acoplarse con solo unos días de desfase a la rigidez o laxitud de las medidas de confinamiento. Es por eso que las normas más drásticas deben de ir en la dirección de reducir los contactos. Eso junto con el compromiso individual del mantenimiento de las distancias de seguridad, higiene de manos, uso adecuado de la mascarilla y ventilación (que corra el aire) son las únicas armas, hasta ahora conocidas, para minimizar  las posibilidades de contagio.

Consumo de vino en tiempos de pandemia

Después de esta larga introducción, vayamos al vino. La retracción de hábitos sociales, comidas, alterne, reuniones familiares o de amigos….y de las ocasiones en las que habitualmente se bebe vino lleva consigo una reducción sustancial de consumo. Con los bares, restaurantes y hoteles trabajando (o no) bajo mínimos, el quebranto en la venta de vino es inevitable y con ello sus consecuencias. En este aspecto es el vino de calidad el que más sufre ya que es, en estas ocasiones, donde se buscan vinos más especiales o de representación.

Según nos informan, parece que la crisis no ha llegado por igual a todos los vinos. Así el consumo en envases bag-in-box se ha incrementado sustancialmente. Vamos menos al súper donde nos suministramos de la mayoría del vino que consumimos y buscamos formatos que nos faciliten el trasporte y el servicio del vino a un menor coste. Concretando, el consumo de vino en bag-in-box ha aumentado en algunos países durante el confinamiento, hasta el 77%.  Mercados donde Rioja exporta mucho, como Reino Unido, ha aumentado el 59%. El asunto bien merece una reflexión. Un tren que vamos a perder y que quizá sea la oportunidad de abordar. Ya hace años, por distintas razones yo sugería la posibilidad de incorporar este formato a Rioja para determinados vinos. Les remito a un artículo escrito hace tanto tiempo que, ni en el peor de los sueños, imaginábamos una situación como la que estamos pasando con la Covid:

https://www.lomejordelvinoderioja.com/noticias/201504/08/habito-hace-monje-20150408004743-v.html).

Pero no solo el consumo de vino económico (la mayoría de lo que se envasa en bag-in-box) aumenta en los hogares. El consumo del vino en el hogar ha crecido con las medidas de confinamiento. Además, el que puede se permite lujos de abrir botellas más caras de las que, en condiciones normales, solo o en familia, no tomaría,  pero que, ahora, dadas las circunstancias, lo hace ¡porque hay que darse algún capricho! o ¡esto está resultando muy duro como para pasarlo sin disfrutar del placer de una copa de buen vino! o ¡porque yo lo valgo!,…

De igual manera el canal on line se incrementa. Hay más tiempo para trastear en la red y, que te traigan el vino a casa, ahora más que nunca, se valora mucho. Pues eso, a ponerse las pilas, el que no lo haya hecho ya, que la venta de vino vía internet ya no dejará de ser una de los  canales más usuales.

Por último, con la preocupación por la salud y una mayor toma de conciencia con las cuestiones medioambientales se demandan vinos con sistemas de cultivo respetuosos con el medio ambiente, ecológicos, biodinámicos,…y vinos locales, con menos huella de carbono. Esta también es una tendencia que hace tiempo viene para quedarse. Les remito a un artículo sobre el tema:

https://www.larioja.com/vino-de-rioja/viticultura/verde-vende-20140218.html

Son estas algunas pistas de por dónde va el consumo de vino. Aunque las vacunas puedan suponer una buena parte de la solución a esta crisis, implementar medidas, tanto en la regulación de la DOC, en la propia explotación vitícola, en la gestión de las bodegas, en la comercialización…y,  por supuesto,  mediante el compromiso y coherencia individual, son las únicas maneras de salir, y hacerlo en las mejores condiciones posibles, de esta pesadilla. Asumamos el sacrificio extra y necesario de los sectores más afectados,  “no se puede hacer tortilla sin romper un huevo”, y estemos atentos a los cambios que se van produciendo, preparémonos y adelantándonos a una realidad que en muchos aspectos nada se parecerá a los tiempos precovid.

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Sobre el autor

Ingeniero Agrónomo y enólogo. He trabajado en la empresa privada en ámbitos muy variados de la ingeniería. Actualmente en la Administración, en el sector del vino, con el que me siento absolutamente comprometido. Escribo sobre viticultura y enología y, de paso, sobre lo que tercia…Autor del libro “Talking about wine: Rioja”, primer libro monográfico sobre Rioja escrito en inglés.


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