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Antonio Remesal

Hablando de vino

Vendimia Rioja 2021. La meteorología marcó y alteró, como nunca, el ritmo.

Después de más de dos meses, de mediados de junio a septiembre, sin prácticamente una gota de agua, y tras los excesos de primeros de junio que mermaron el cuajado y dejaron los viñedos con racimos pequeños y granos sueltos, se abordaba la vendimia 2021 con expectativas bajas en cuanto a rendimientos pero, eso sí, de calidad.

Varios episodios de lluvia alteraron la recogida del fruto que hubo de hacerse de manera selectiva por viñedos, más que por variedades y zonas. De este modo la lluvia que, dadas las fechas, causó la alarma no hizo sino engordar el fruto y marcar el ritmo de recogida de acuerdo con el estado y evolución de cada viñedo.

La mayor parte de la uva entró en bodega en octubre, en pleno sazón y con una sanidad extraordinaria. Esta maduración lenta y progresiva con mostos con alto grado probable complicará en algunos casos la elaboración pero seguro, después de las primeras catas de la cosecha 2021, dará lugar a grandes vinos.

Como es habitual se estrenó la vendimia 2021 en Aldeanueva de Ebro con la variedad tempranillo blanco, a una semana de concluir agosto, concretamente el 25, alargándose, como antaño se recuerda, hasta noviembre. Así pues, han sido tres meses lo que se ha alargado la vendimia este año, con otra particularidad: la poca diferencia en el cierre entre las subzonas de la DOCa Rioja.

En los primeros días de septiembre una “gota fría” que atravesó la península dejó en unos días el agua que no había caído en todo el verano: hasta 100 litros se recogían de agua con granizo en Quel entre el 1 y 2 de septiembre. Afortunadamente el balance de daños en las viñas no resultó como en el primer momento se temía pero interrumpió la vendimia iniciada en Rioja Oriental y generó la alarma. El nerviosismo apareció sobre todo en Rioja Oriental con el temor de que el calor hiciera proliferar a la temida botritis, cuando solo se habían empezado a vendimiar las variedades más tempranas (tempranillo blanco, sauvignon blanc y chardonnay) y el tempranillo estaba en algunos viñedos ya solo a la espera de la entrada de los vendimiadores.

Suspendida la vendimia por las lluvias, en cuanto las fincas se orearon, la segunda semana de septiembre se reactivó paulatinamente la vendimia en Rioja Oriental. Esa misma semana en Rioja Alta y Alavesa, donde las precipitaciones no fueron tan intensas, empiezan a abrir las bodegas. A pesar de los temores, se observa como el agua caída hasta la fecha no había supuesto un menoscabo de la sanidad y sí un aumento del tamaño del grano.

Con San Mateo llegaron de nuevo las lluvias lo que forzó otra vez un receso momentáneo. No es hasta la última semana de septiembre cuando se generalizó la vendimia en Rioja Alavesa y Rioja Alta, siguiendo la recogida selectiva en los viñedos que iban alcanzando el óptimo de maduración. Mientras, en Rioja Oriental, la uva que antes de las lluvias ya estaba prácticamente lista para vendimiar comienza a ablandarse. El agua con los calores de septiembre genera algún brote de botritis en las viñas más cargadas con lo que algunas bodegas optan por la recogida de la uva sana aún sin llegar al óptimo fenólico y aromático.

Justo iniciado octubre un corto episodio de lluvias interrumpe de nuevo momentáneamente la recogida. En Rioja Oriental que para estas fechas debía tener toda la uva en la bodega aún tiene sin vendimiar parte del tempranillo y el total de la garnacha, siempre más tardía. Las lluvias de septiembre provocan que la maduración del tempranillo y de la viura prácticamente se acompasen y que, hasta entrado octubre, se estén recogiendo aún uvas blancas. La mayor intensidad de agua caída en Rioja Oriental hace que, más que nunca, coincida la vendimia en fechas con Rioja Alta y Alavesa.

El mes de octubre se comporta meteorológicamente como mejor se podía esperar. El terreno y la vid faltos de humedad asimilan bien el agua caída, las temperaturas suaves durante el día con predominio de brisas del norte mantienen, con pocas excepciones, la uva sana. Estas condiciones junto con la gran amplitud de temperatura día/noche favorecen la maduración que se va completando pausadamente, facilitando una recogida selectiva y sostenida en toda la Denominación.

Hasta mediados de octubre la totalidad de la uva en Rioja Oriental no entra en bodega. Para esas fechas en Rioja Alta y Alavesa aún no está finalizada la recogida de la viura y se va recogiendo poco a poco el tempranillo y las variedades más minoritarias como la maturana tinta.

A la vista de los gráficos de “arrastre” se aprecia como en 2021 la uva ha entrado en bodega en su mayor parte en las tres primeras semanas de octubre, durante ese tiempo la entrada de uva a bodega es constante recogiéndose la mayor parte en las mejores condiciones. No será hasta finales de mes cuando se dé por cerrada la vendimia en la parte más occidental de Rioja.

A espera del balance oficial de 2021 en la Denominación, consta se han recogido 414 millones de kilos de uvas, 364 de tinta y 49 de blanca; de los cuales 193,5 millones lo han sido en Rioja Alta, 124 en Rioja Oriental y 96,5 en Rioja Alavesa.

En esta segunda vendimia del Covid, más larga de lo habitual, y llena de incertidumbre, al final la uva ha entrado en bodega sana, con mucho color, muy por encima de la cosecha 2020 que ya iba bien parada, y los primeros vinos elaborados están resultando muy aromáticos y con taninos muy redondos.

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Sobre el autor

Ingeniero Agrónomo y enólogo. He trabajado en la empresa privada en ámbitos muy variados de la ingeniería. Actualmente en la Administración, en el sector del vino, con el que me siento absolutamente comprometido. Escribo sobre viticultura y enología y, de paso, sobre lo que tercia…Autor del libro “Talking about wine: Rioja”, primer libro monográfico sobre Rioja escrito en inglés.


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