Para ver Tokyo necesitas por lo menos una semana. Lo mejor es hacerte con un buen mapa de la ciudad y dividirlo por zonas según dónde estés situado. Algo que hay que tener muy en cuenta es que casi todo lo visitable está cerrado a las 17.00, así que conviene madrugar y además dejar para última hora aquellas cosas que no requieran ser vistas por dentro. Por lo tanto, si se quiere aprovechar bien cada jornada, es recomendable dedicar muchas horas antes del viaje a planificar bien cada día. Además, existen numerosas excursiones de un día en las cercanías de Tokyo que no te puedes perder y que son muy cómodas de realizar en tren (Nikko, Kamakura, Yokohama…).
Nuestro primer día (olvidando el del tifón), lo dedicamos a ver la zona centro.
Empezamos por el Palacio Imperial, que como es la residencia del emperador, está cerrado al público (excepto dos días al año), pero se pueden visitar los enormes y cuidadísimos jardines y disfrutar de la tranquilidad que se percibe en la zona, con paseantes y deportistas.
Una de las cosas que más me sorprendió de la zona fue la paz que había, a pesar de ser pleno centro y estar rodeados de rascacielos. Con los días descubrimos que ese es el estado habitual de la ciudad.
Dimos un largo y relajado paseo por los jardines y luego nos metimos en la zona de rascacielos en busca del Foro Internacional de Tokyo, un extraordinario edificio cuyas impresionantes cristletas parecen un gran barco transparente en mitad de la ciudad.
Cogimos el metro y nos desplazamos hasta Akihabara, el barrio de la electrónica. Fue como cambiar de ciudad. Esta zona comenzó siendo un mercado negro de piezas de radio tras la Segunda Guerra Mundial y ahora es famosa por sus gangas en todo tipo de aparatos electrónicos y por ser el lugar de reunión de los amantes del anime y el manga. Lo mejor es dar vueltas y entrar en cualquiera de los locales a curiosear entre películas, libros, aparatos…
Y si te has dejado el cargador del móvil o el adaptador para el enchufe, tranquilo. Aquí lo encuentras seguro
El barrio está plagado de tiendas de maquinitas de cinco plantas en las que puedes encontrar desde lo más antiguo a lo último en videojuegos, incluso algunos que no se han ni estrenado. ¡Es divertidísimo!
¿Una partidita?
Entrada anterior: La llegada a Japón: Descubriendo Tokyo bajo un tifón
Siguiente entrada: El barrio de Ueno