El segundo día lo dividimos entre la zona de Ueno, el impresionante Museo Nacional de Tokyo, el parque Ueno-Koen, Shinjuku y uno de los lugares más especiales y representativos de la ciudad: Shibuya
Aunque no te gusten mucho los museos (Éste es una pasada), merece la pena ver la zona en la que está enclavado el Museo Nacional. Es muy tranquila y hay un buen paseo desde el museo hasta el parque Ueno-Koen, parando en los diferentes templos o comiendo un helado mientras das una caminata. Si vas en primavera, este lugar es el más famoso de Tokyo para ver la floración.
El Museo de Nacional Tokyo es el más grande de Japón y alberga la mayor colección de arte japonés del mundo.
Una de las cosas que hay que tener en cuenta cuando viajas a Japón es que lo mejor es no ir con prisas, ya que siempre hay que sacar tiempo para sentarse en una terraza y ver a la gente pasar. Terrazas al sol, templos sencillos, pagodas de cinco pisos, árboles y jardines y puestos de helados a cada paso son las principales cosas que te encuentras en el parque Ueno.
De allí nos acercamos a Shinjuku y lo más especial del día lo reservamos para la tarde-noche: Shibuya… ¡En el siguiente post!
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