Llanto por el Chufo
Conocí a Abel en otra glaciación, cuando lucía melenita yeyé, pantalón de campaña y pelambrera en la pechera, como camarero en las piscinas de Cantabria. Ya entonces era el actual Abel. Un camarero, eficaz, discreto. Muy vivo, un profesional de los que ya no quedan: sabía lo que ibas a pedir antes que tú […]