El Presidente Zapatero se ha mostrado decidido al impulsar junto a Francia una ya histórica y equitativa reivindicación en el ámbito de las relaciones internacionales: la imposición de una tasa a las transacciones financieras globales.
Una idea que recoge en esencia el espíritu de la llamada “Tasa Tobin” y que por fin ha tomado forma en el contexto de la 65 Asamblea General de la ONU que se está celebrando esta semana en Nueva York. Zapatero, a pesar de la crisis económica, sigue comprometido con los más débiles, y aunque bien es cierto que coyunturalmente el envite económico nos ha llevado a reajustar la ayuda a la pobreza en 2009 y 2010 en 800 millones de euros, hay que recordar que España somos el país desarrollado que más hemos aportado a la causa, triplicando la contribución de nuestro país al desarrollo de los países empobrecidos.
Pero no es suficiente. Aunque los socialistas consigamos para 2015 aportar el 0,7% de nuestro PIB a la lucha contra el subdesarrollo, los Objetivos de Desarrollo del Milenio también deben ser prioridad mundial y por tanto juntos debemos acelerar el ritmo para su consecución. Por ello Zapatero ha impulsado junto a Francia que se establezca a nivel internacional un pequeño impuesto, una pequeña tasa sobre todo a las transacciones financieras internacionales. Un pequeño impuesto anti-especulativo, que no distorsiona los mercados financieros y cuya recaudación iría destinada al cumplimiento de los ODM para 2015.
Zapatero ha vuelto a demostrar internacionalmente, en esta ocasión en la sede de Naciones Unidas, que su compromiso es firme con aquellos que más sufren la desigualdad, que en el Siglo XXI mueren de hambre o no pueden tener acceso a un valor universal como es la educación porque ni tan siquiera pueden encontrar fácilmente una fuente de agua potable. Ahora toca que el sistema financiero internacional haga un pequeño esfuerzo y se una a los Estados en su lucha por conseguir los ocho Objetivos del Milenio. Parece sensato pedirles que arrimen en hombro y se pongan del lado de los mismos Estados que recientemente han salido a su rescate, también a escala global.
