Esta semana, el debate parlamentario del presupuesto suscitaba un interrogante principal. Y era si las pensiones se van a revalorizar, si van a recuperar la pérdida de poder adquisitivo como consecuencia de la subida de los precios. Es decir, si un Gobierno que han incumplido en 10 meses todas sus promesas, va a hacer lo mismo con ésta o no.
Estos presupuestos, además de equivocados y muy injustos en su orientación, tienen la obligación de disipar esa duda ahora mismo crucial en muchas familias españolas. Y no lo están haciendo.
A la política errónea de asfixia de la economía y de destrozo de la clase media y trabajadora a través de un empobrecimiento constante, este gobierno añade ahora el macabro juego empleado ya con los receptores del programa de prestación e inserción conocido como Prepara. Juegan con las necesidades de la gente y con su incertidumbre. Deben aclararlo ya. Este juego debe terminar. Y deben ganar los pensionistas.