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César Luena López

El Blog de César Luena

Una política industrial renovada

Tres son las cuestiones que me suelen plantear los empresarios riojanos cuando tengo oportunidad de conversar con ellos. Son las tres preocupaciones que marcan su agenda: el mantenimiento del tejido empresarial actual, el acceso a la financiación y la lucha contra la economía sumergida.

Las tres están relacionadas entre sí y las tres tienen que afrontarse, para superarse, desde propuestas nuevas y valientes con un denominador común: el apoyo a la empresa, y en concreto a la industria. La industria riojana, por su parte, se enfrenta a dos problemas cruciales en estos momentos: la crisis del ciclo que comenzó en 2007 y  que sigue en nuestros días, y las características propias de la industria riojana.

La primera consecuencia derivada de la crisis del ciclo es la brutal caída de la actividad industrial en general y la desaparición de gran parte del tejido empresarial riojano. Situación agravada por la política de austeridad a ultranza, que ha frenado la actividad del sector público, la nueva regulación de las relaciones laborales que ha facilitado el despido y la caída de las expectativas de futuro para gran parte de la población, además de los negativos efectos de devaluación de salarios, y la crisis del sistema financiero, que ha cerrado el acceso al crédito de la empresa riojana.

No podremos avanzar sin dar respuesta a los dos primeros problemas. Si no solucionamos dichos puntos, no habrá consumo ni expectativas y el paradigma industrial presentará expectativas negativas. Lo más curioso es que ante el tercer problema, y una vez que asistimos a la pérdida de nuestro brazo financiero (CajaRioja) las políticas desarrollados desde el Gobierno de La Rioja siguen siendo las mismas, pocas y conformistas, cuando la realidad es que cae sin detenerse todavía la producción industrial, aumentan los concursos de acreedores y seguimos generando desempleo. 

La peculiar dimensión de la industria riojana la hacen ser más dependiente del consumo interno directo y se ve muy condicionada para acceder a nuevos mercados tanto externos como internos, y por ello tiene dificultades mayores para acceder al crédito,  para negociar con clientes y proveedores, para impulsar la formación, tanto de trabajadores como directivos, siendo más difícil la implantación de nuevas tecnologías y el acceso a nuevos mercados como forma de crecimiento.

La semana pasada presenté el primer borrador de un plan para apoyar a la industria riojana, para conseguir proyectar su modernización y capacidad competitiva, para que se convierta en un factor central de actividad económica y de creación de empleo.

Paso a detallarles las principales propuestas que defiende el Partido Socialista: la formación para todo el capital humano, sobre todo a través de la FP dual y la recuperación de las inversiones en políticas activas de empleo, las vías adecuadas de acceso al crédito, priorizando líneas de avales más que la subvención a tipos de interés, la cooperación comercial y tecnológica entre empresas, la innovación continua como factor básico de competitividad. Podemos competir en coste o en calidad, pero el futuro está en ser diferentes. Para que nuestros productos se vean diferentes, hay que poner la innovación por bandera. Y aquí es clave la Universidad de La Rioja. Este factor no hay que traerlo de fuera. Hay que utilizarlo. Debemos cumplir con los proveedores y pagar de acuerdo al plazo que establece la ley, 30 días, y también ingresar las subvenciones cuando realmente se necesitan. Por otro lado, los esfuerzos para promover la exportación y la internacionalización deben concentrarse en una sola entidad con más recursos y competencias.

En nuestra Comunidad disponemos de muchos metros cuadrados de suelo industrial sin utilizar. Si ofrecemos condiciones ventajosas de verdad, como el derecho de superficie, el arrendamiento con opción a compra a medio plazo o el acceso a propiedad con pago aplazado con una carencia de 5 años, quizá consigamos que ese suelo vaya ocupándose poco a poco. De la misma forma, tenemos infraestructuras a las que se les puede sacar mayor rendimiento y provecho. Por ejemplo, al aeropuerto de Agoncillo, que debiera implantar nuevas prestaciones para el transporte de ma4rcancías. O a El Sequero, donde, para mejorar la competitividad logística riojana, podría construirse un Centro Intermodal.

Todas las políticas económicas necesitan dinero. La industrial también. Propongo que destinemos el 1% del  PIB regional  a financiarlas. No es poco. Necesitamos utilizarlo bien. Nos sobran estructuras, nos faltan  políticas con criterio. Solucionar las consecuencias del ciclo es más una cuestión a la que podemos contribuir que cuestión propia como Comunidad. Pero trabajar en apoyar a nuestra industria es algo propio. Lo hemos de proponer y conseguir con nuestros propios medios.

El crecimiento económico depende de la capacidad de emprender y de la actitud de innovar pero necesita el apoyo de las instituciones que faciliten y animen la toma de decisiones de inversión a largo plazo. La Rioja necesita que esas decisiones pasen del heroísmo a la normalidad por encontrar en las instituciones el esfuerzo y la seguridad que tienen el deber de aportar.

*Artículo de opinión publicado hoy, domingo 16 de febrero de 2014, en Diario La Rioja

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Sobre el autor

Logroño, 1980. Doctor por la Universidad de La Rioja. Diputado socialista por La Rioja en el Congreso de los Diputados.


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