Me siento a escribir después de conmemorar el 89 aniversario de la muerte de Pablo Iglesias en el Cementerio Civil de Madrid, donde está enterrado el fundador del PSOE. Enciendo el ordenador y el teclado recordando a un tipógrafo que escribía sobre papel con moldes de plomo y pensando en un partido que ha cruzado ya la frontera de tres siglos: el XIX de su nacimiento, el XX de su crecimiento, exilio y regreso a la democracia, y el XXI, que será el del nuevo socialismo adaptado al modelo social que aún está fraguándose.

El PSOE ha sido, es y será siempre vanguardia y cambio, en La Rioja y en el resto de España. También ahora que el mundo asiste expectante al duelo que enfrenta a un patrón ideológico marcado por el individualismo egoísta y a la esperanza de un futuro más igualitario y humanizado que ha aprendido de los errores del pasado. Esta última es nuestra apuesta.

Entre el ‘sálvese quien pueda’, que preconiza la derecha, y el ‘que no se salve nadie (menos nosotros)’ que abandera el oportunismo populista, los socialistas trabajamos para hacer posible un modelo diferente, centrado y seguro, y volcado en las personas. El discurso de los fastos, las frases huecas o los cebos fáciles es incompatible con el deseo de cambio real que exige una amplia mayoría de ciudadanos dispuesta a confiar de nuevo en la política sólo cuando la política confíe en la gente. Los socialistas de La Rioja lo hemos hecho siempre con franqueza y honestidad. Enfrentándonos a los intereses privados y a la cultura y comportamiento de una derecha autoritaria.

Centrado en el campo del debate, el PSOE que lidera Pedro Sánchez ha pasado ya el Rubicón de los cien días sin perder ni una hoja del calendario en nada que no sea este objetivo: devolver a las personas su legítimo derecho a ser los dueños del cambio que exigen y necesitan. Desde la seguridad de la experiencia y el conocimiento, los socialistas queremos trazar la vía por la que viaje a toda velocidad este deseo ciudadano. Ofrecemos una autovía que ni es de peaje, como prefiere la derecha, ni el atajo intransitable y sin pavimentar que oculta el populismo. Ni los socialistas ni la gente queremos un futuro lleno de vallas o de baches. No hay por qué elegir entre uno y otro. El camino que ofrece el PSOE tiene un carril izquierdo, que es por el que siempre se adelanta, y otro a la derecha para garantizar que todo el mundo pueda llegar a la meta sea cual sea su velocidad.

Hace tres años, cuando el PP llegó al Gobierno, lo hizo con la promesa incumplida de bajar el paro y arreglar la situación económica. Todo fue un gran engaño, como hemos visto después. El PP, que ha hecho de la ‘herencia recibida’ un mantra para envolver su ineficacia, dejará una herencia penosa al próximo gobierno del PSOE: más paro, menos protección, y más pobreza y desigualdad. Esa es la realidad en La Rioja y en España. La Rioja tiene su futuro más complicado que nunca. Frente a esta situación de desánimo y desamparo, los socialistas proponemos la necesidad de un cambio seguro para todos. Un cambio que sólo puede ofrecer un partido con un liderazgo renovado que combina experiencia y audacia. Un cambio político, social y económico que sólo ofrece el PSOE.

Un cambio que en La Rioja, después de veinte años, es imprescindible y está representado por Concha Andreu junto a Beatriz Arráiz en Logroño, Elisa Garrido en Calahorra y el resto de candidatos y candidatas socialistas. Todos tenemos una cita en mayo con el cambio. Con el cambio seguro.

Artículo de opinión publicado en Diario La Rioja (14/12/2014)