La Rioja no debe exigir la alta velocidad como un interés particular. La estrategia localista es y ha sido equivocada. La Rioja no debe sumarse al «Teruel o Soria no existe» porque precisamente la fortaleza histórica de nuestra Comunidad ha sido su situación, el estar asentada en una magnífica vía de comunicación y corredor natural como es el Valle del Ebro. El interés debe ser el del eje en el que nos asentamos.
Por tanto, fue un error y no al revés, como dice el PP, planificar un AVE de Madrid a Logroño estación término y un acierto el haber incluido el tramo del Valle del Ebro, Miranda-Castejón, en el Eje ferroviario de Altas Prestaciones del Cantábrico-Mediterráneo.
La reivindicación debe centrarse en que el Corredor natural del Valle del Ebro y la comunicación ferroviaria Este-Oeste del Norte de la Península se planifique por La Rioja.
En nuestra Comunidad el partido político de Ciudadanos comenzó calificando de demagógico poner al AVE en campaña electoral. Pocos días después llegó el Sr. Rivera a La Rioja en precampaña y no solo habló del AVE, sino que dijo que La Rioja no podía pretender el AVE y las prestaciones sociales a la vez. Bienvenida la claridad. Ciudadanos renuncia a la alta velocidad para La Rioja. Ciudadanos no cree necesario un corredor ferroviario de alta velocidad en el Valle del Ebro que una precisamente las zonas más industriales de España.
El motivo del rechazo de la alta velocidad para La Rioja –y en ello coinciden tanto Ciudadanos como Podemos– es el enorme gasto que supone la inversión, llegándose a calificar de derroche. En cambio, ambos partidos políticos, se han comprometido dentro de una Plataforma a «liberalizar con carácter inmediato» la autopista AP68, no importándoles, en este caso, de dónde se van a sacar los cientos y posiblemente miles de millones de euros que debieran pagar los contribuyentes para indemnizar a la empresa concesionaria de la autopista, cifra superior, según Roger Senserrich, que lo que costaría la adaptación del tramo ferroviario a la alta velocidad.
No entiendo que se considere un derroche la inversión ferroviaria para un pequeño tramo de 150 km, que es el que comprende Castejón-Miranda, en una planificación de alta velocidad global prevista de 4.000 km aproximadamente, y todavía menos comprendo cómo se puede renunciar a ello cuando en este año 2015 van a ser diez las capitales que acceden a la Alta Velocidad, como son Zamora, Palencia, Burgos, León, Pontevedra, Vigo, Castellón, Murcia, Granada o Cádiz. ¿Por qué Logroño, asentada entre Bilbao y Barcelona, va a renunciar? El PSOE no lo va a hacer. Vamos a apostar por el AVE de forma decidida, a corto o a medio plazo, pero no vamos a renunciar.
Los socialistas somos conscientes que desde el Gobierno de España, también los Gobiernos del PSOE, no han prestado la atención necesaria a este corredor ferroviario del Valle del Ebro, pero sin querer huir de esa responsabilidad, sí que es cierto que desde que comenzó la planificación de la alta velocidad en España, el Gobierno de La Rioja no ha hecho nada por su reivindicación. No ha existido una estrategia conjunta con otras Comunidades Autónomas como base fundamental para que la petición prosperara. Causaba envidia ver a todos los presidentes de las CCAA del Arco Mediterráneo unirse para promocionar su Corredor, tanto en Madrid como en Bruselas, mientras que en La Rioja se combinaban dosis de resignación y victimismo, pero no se hacía nada.
El PP de La Rioja ha manifestado que la próxima legislatura será la del AVE al mismo tiempo que el consejero de Obras Públicas del Gobierno de La Rioja, del mismo partido, en una memorable entrevista en este periódico, niega la prioridad a nuestro corredor –casi le da vergüenza reivindicarlo– para concedérsela a otros. Pero por si fuera poco la desfachatez, se puede comprobar en los recientemente aprobados Presupuestos Generales del Estado no solo que se olvidan de la inversión para el Eje Cantábrico-Mediterráneo para el 2016, sino que la dejan «en blanco» hasta el año 2019.
Necesitamos unirnos con ambición en torno a la alta velocidad y hacerlo pronto. Al Valle del Ebro se le ha buscado una alternativa por el Norte, pero todo indica que el actual Gobierno de Navarra no está por la labor de desarrollar los proyectos de alta velocidad previstos. Es momento de aprovechar esta oportunidad para fijar prioridades y mostrar que las inversiones en La Rioja no van a encontrar impedimentos ni alteraciones y que van a contar con todo el apoyo para que el Corredor del Valle Ebro sea un eje que debe cambiar su destino. Del abandono al compromiso.
Artículo de opinión publicado el 29/11/2015 en Diario La Rioja