Se está hablando mucho sobre la decisión que el Gobierno ha de tomar en torno a la prorroga o no de la actividad de la central nuclear de Garoña.
Los socialistas tenemos un programa electoral y un programa de gobierno donde proyectamos nuestra idea de un sistema eléctrico donde tengamos cada vez menos energía nuclear, menos dependencia de los hidrocarburos y más energías renovables. Una idea modernizadora y de futuro.
Con dos años para cumplir la cuarentena, lo lógico, razonable y normal en el contexto mundial es cerrar la central, porque habrá llegado al fin de su vida útil, y prorrogar su actividad sería algo excepcional e innecesario, puesto que tiene un impacto neutro en nuestro sistema energético y no supone ni un 1 % del total.
La nueva economía sostenible debe asentar su nacimiento en las energías renovables: seguras, limpias y posibilitadotas de más autosuficiencia energética.
Además, somos ya un referente internacional en este campo, tenemos un gran potencial de desarrollo y haremos de esta política algo económica y energéticamente positivo para el país.
Acerquémonos al futuro y cerremos Garoña cuando toca y cuando llega el momento de combinar la energía nuclear que tenemos por la sustitución progresiva de ésta por energías renovables.