Esto dejo escrito Aristóteles, cuyas obras han glosado muchas teorías sobre la identidad y función histórica de la política.
Personalmente, me quedo con la griega que la define como el arte del gobierno.
Son días difíciles para defender la participación en la cosa pública. Por eso hay que hacerlo.
Comprendo el desencanto y el hartazgo de los ciudadanos, igual que respeto su desapego, e incluso su sensación de asco ante determinados casos. Lo comparto.
Pero de igual forma confío en el criterio amplia y mayoritariamente extendido entre la ciudadanía, que les permiten analizar a los ciudadanos lo aislados y minoritarios, a pesar del efecto multiplicador de los focos y de la indignación, de estos casos, y separar a unos cuantos sujetos, aunque estos se ramifiquen en todo un partido (véase el caso Gürtel), de la clase política en general.
Por eso, hoy quiero reivindicar a todos los ciudadadanos que hacen y están en política, porque la honradez y el sacrificio son las virtudes más extendidas, y quiero reivindicar el papel de los políticos y de los partidos, que garantizan la participación y la pluralidad y fortalecen la democracia. A pesar de los errores y de los defectos, que los hay.
Comprendo a tanta gente defraudada, pero confío en la misma gente que sabrá separar una cosa de otra y recuperar la confianza en un sistema mejorable, que debe mejorar en muchas cosas, y que cerrará el paso a los populismos y personalismos, peligrosos salvadores que suelen asomar de debajo de dónde se tratan de ocultar los que han pecado: de la vanidad por el dinero y el poder.