Estamos ahora mismo debatiendo sobre la moción presentada por el PP en la que pide que la Cámara pida al Gobierno que deje sin efecto legal una disposición aprobada por la propia Cámara hace apenas tres meses. Cuando menos, curioso.

La iniciativa en cuestión viene a desarrollar la llamada rebelión, reacción en realidad, de Aguirre contra la subida mínima de dos tipos del IVA, el general dos puntos y el reducido uno.

¿Por qué el Gobierno ha propuesto la subida del IVA? Principalmente, para equilibrar el ingreso utilizando los impuestos para dirigir el gasto hacia el gasto social, especialmente a las ayudas sociales y a las prestaciones y subsidios al desempleo. Porque somos conscientes de que no es la hora de estrategias electorales sino de políticas de Estado.

En el PP jalean y aplican la política populista de Aguirre, porque coinciden con ella en lo reaccionario: no nos interesa el ingreso porque despreciamos el gasto social, del cual se puede prescindir. Esa es su teoría.

Nuestra teoría es la contraria: justicia fiscal, esfuerzo de todos, austeridad, lucha contra el fraude y bajada de impuestos para favorecer la actividad y el empleo, como se hará con las actividades de rehabilitación.

Allá de aquellos que alimentan las bajas pasiones pensando en las elecciones, que ya llegarán, porque puede que la rebelión al fin la tengan en su propia casa. Hoy, habrá más diputados que paremos la reacción en el Congreso. Veremos qué le pasa a Rajoy cuando la rebelión le salte en su casa. Alimentar las bajas pasiones tiene un coste.