Obama apuntaló esta semana la decidida y nueva política económica estadounidense que pondrá freno a la contaminación financiera. Para evitar que vuelva a propagarse esa mancha de la especulación que comenzó con las subprime (merece la pena recordarlo) y que rápido inundó a los ciudadanos de EEUU y del resto de continentes. Obama ha diseñado con esta ley un límite a todos esos tiburones del capital, para que los ciudadanos no volvamos a pagar sus errores de ambición en forma de inversiones de riesgo, especulación, créditos hipotecarios basura y un largo etc. Es, en síntesis, la voluntad convertida en realidad de transformar el actual modelo económico, para que la sociedad y la ciudadanía a través de los Gobiernos prevalezcan sobre los capitales descontrolados y los intereses de unos pocos egoístas. Enhorabuena para el Gobierno estadounidense y para los demócratas del Congreso y del Senado norteamericano.