Cuando llegamos al ecuador de la legislatura solo una conclusión puede ponernos de acuerdo a todos: nada de lo prometido se ha cumplido, ni nada de lo perseguido se ha alcanzado. O en otras palabras si lo prefieren: ni recuperación económica ni empleo; más bien al contrario: recesión y paro.
Parece evidente que, partiendo de esta conclusión mayoritariamente compartida, la valoración que haga en estas líneas sobre la gestión del Gobierno se resuma en una palabra: fracaso.
Fracaso: porque la economía no despierta, y no lo hace porque no hay política económica alternativa a los recortes y ajustes que están asfixiando cualquier posibilidad de crecimiento económico. Este año hemos perdido 370 empresas en La Rioja.
Fracaso: porque tenemos las tasas de paro y exclusión social más altas de nuestra historia como región. Somos más desiguales y tenemos menos oportunidades para reducir las diferencias y progresar colectivamente.
Fracaso: porque nos hemos quedado sin instrumento financiero propio dinamizador e impulsor de la economía a escala regional. Caja Rioja ha desaparecido por la decisión personal de Sanz de integrarla en el estercolero de las cajas del PP, comandado por Rato, Camps y Aguirre.
Adiós a la Caja, adiós a sucursales y multitud de servicios básicos para muchos de nuestros pueblos, adiós a muchos empleos, adiós pronto a la obra social y cultural. Más de 60 años de historia ventilados en una decisión por la que nadie da la cara ni asume responsabilidades. Sabrán los ciudadanos recordar quién dijo aquello de que la Caja estaba más viva que nunca.
Fracaso: porque ya no nos prestan las entidades financieras. Hemos tenido que acudir a los mercados de deuda, y de salida nos encontramos con la calificación más baja dentro de los grados de inversión, la BBB. Algunos lo celebran; en mi caso me muestro cauteloso y a la espera, porque ya no dependemos de nosotros, sino que nuestra deuda como región está en manos de las voraces agencias de calificación crediticia.
Y fracaso: porque la mancha de la corrupción política, la más bellaca en tiempos de angustia colectiva, se ha extendido en nuestra tierra. El inefable Bárcenas tenía un compinche en La Rioja: Lapuerta, buen amigo de los populares riojanos, y La Rioja a su vez esta en los papeles de la vergüenza, porque en mayo de 2008, 200.000 euros salían de aquí hacia la caja B del ex tesorero del PP, caja con la que forraba las costillas de los dirigentes populares a base de sobresueldos. De todo esto aquí no se dice nada. Veremos. Como nada se dice de un chalé ilegal que todos ustedes conocen y del que ya nada más se puede decir, porque los hechos actuales y pasados hablan por sí solos: abuso de poder. Ese podía ser el resumen.
A estas alturas se preguntarán, y los socialistas ¿qué?
Miren, los socialistas estamos llevando a cabo una oposición rigurosa y educada, centrada en denunciar el deterioro de nuestra economía regional, la ausencia de iniciativas reales para crear empleo y en apoyar las movilizaciones ciudadanas que defienden otra salida más justa a la crisis económica, siendo su cauce institucional y político.
Creemos que hay que impulsar un cambio en la forma y en el fondo de las políticas del Gobierno, para no perder lo que queda de legislatura. Démonos otra oportunidad.
En concreto, haríamos otra política económica, que cambie el ajuste y el recorte en exclusiva, por una mezcla de ajuste con la inversión pública y el estímulo económico al crecimiento, y desarrollaríamos un plan de choque de empleo, y en especial para los más jóvenes. Y lo haríamos impulsando un gran acuerdo social y político para el impulso de la competitividad, la creación de empleo y el apoyo a la economía productiva, que permita favorecer el acceso a las fuentes de financiación, fomentar la competitividad de nuestras empresas: I+D, formación, innovación de productos y procesos, acercar nuestros productos al mercado global, favorecer la colaboración empresarial: si colaboramos será más fácil alcanzar los objetivos, aprobar una Ley de apoyo a los emprendedores, al trabajo autónomo y a las microempresas y adoptar medidas que en vez de favorecer las restricciones, generen un crecimiento de la demanda agregada como motor, en el cual fundamentar la base al crecimiento de nuestra pequeña y mediana empresa. Porque sin mejora de las expectativas basadas en la continuidad de los pilares del Estado de Bienestar, sin dar seguridad a los ciudadanos y no solamente a los mercados financieros, no generaremos crecimiento.
Por eso hemos presentado también una Ley de renta de Ciudadanía en La Rioja, para asegurar los ingresos mínimos de las familias riojanas apoyados en una solidaridad entre ciudadanos que existe, y que las instituciones han de articular en torno a un derecho que asegure la dignidad, la que todo riojano tiene y merece conservar.
Termino. Dos años después, nos encontramos con un Gobierno que no dialoga, sin sensibilidad y encerrado en lemas y soniquetes desfasados e inservibles. El PSOE cree que hay que cambiar las políticas y que debemos hacerlo con acuerdos en economía y en empleo, y con un mayor compromiso en la política social. Tenemos propuestas y disposición. Por nosotros no va a quedar. Hay alternativa.
*Artículo de opinión publicado hoy domingo 26 de mayo de 2013 en Diario La Rioja