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César Luena López

El Blog de César Luena

Constitución de todos, para todos

Celebramos 37 años de Constitución. Son casi cuatro décadas de convivencia libre y democrática. Nunca en la historia de España habíamos disfrutado de un recorrido tan largo de concordia ininterrumpida ni tan fructífero en resultados y modernización. Esa es la primera conquista que tenemos que reivindicar hoy. Es una buena noticia.

La Constitución es el mayor logro colectivo de nuestro país en las últimas décadas. Ahora que algunos pretenden ponerlo en cuestión, es más importante que nunca valorar como merece este éxito de todos. Hoy, cuando conmemoramos la aprobación de la Constitución en el referéndum de 1978, no sólo celebramos el marco de convivencia que nos ha permitido asentar nuestra democracia sino que, sobre todo, reconocemos el enorme mérito cívico de los hombres y mujeres que lo hicieron posible con su voto. Por tanto, a quienes abrieron el camino: reconocimiento y gratitud.

Los socialistas fuimos motor de la Constitución de 1978. Nuestra aportación sumó para construir con otras fuerzas el edificio que todos compartimos. La perspectiva de los años permite comprobar quién estuvo a la altura del momento histórico y quién falló –en nuestra comunidad y en estas páginas, editadas con otra cabecera, José María Aznar dio buena cuenta de ello con su firma–. Como no podía ser de otro modo en un partido que ha conocido la persecución y el exilio, el PSOE estuvo desde un principio al lado de la Constitución.

Ahora, casi cuatro décadas después, los socialistas seguimos sintiendo nuestro el texto que refrendaron mayoritariamente los españoles –con el 86,5% de votos afirmativos en La Rioja, una de las tres comunidades con una abstención más baja en el referéndum del 78–.

Han pasado 37 años. Toda una generación entre la que me incluyo no había nacido en el momento en el que la voluntad mayoritaria de los españoles alumbró la Constitución. Desde su nacimiento han transcurrido muchos años que han dado paso a nuevas realidades plenamente consolidadas que entonces eran impensables.

Reformar la Constitución para renovarla es, por ese motivo, una necesidad que los socialistas asumimos con el mismo rigor y responsabilidad que empleamos para consensuarla en 1978. Porque la queremos tanto como a nuestro país, los socialistas creemos que ha llegado el momento de reformar, con tanto cuidado como ambición, el edificio que habitamos. Al contrario que los inmovilistas, entendemos que mejoraría con reformas; al contrario que revisionistas y rupturistas, rechazamos una voladura que reduzca a un solar lo que todos hemos construido con esfuerzo e ilusión durante casi cuatro décadas. Hay que reformar la Constitución porque la estructura del edificio se ha resentido con la crisis, ha debilitado la convivencia, abonado una desafección legítima que requiere una respuesta serena y abierto una brecha de desigualdad, desempleo y pobreza. Soy consciente de que las tensiones más visibles son las territoriales. Siendo importantes, no son las más dolorosas para el día a día las personas. Por eso, los socialistas abogamos por una reforma que actualice nuestra Constitución -siempre con un acuerdo plural y mayoritario- y organice la convivencia y el funcionamiento de un Estado mucho más complejo que el que éramos en 1978, pero también apostamos por una modernización que blinde los derechos que protegen a la ciudadanía frente a arbitrariedades y recortes como los impuestos por el Gobierno de Mariano Rajoy con la crisis como excusa.

Porque siempre hemos defendido la Constitución y el Estado autonómico, los socialistas estamos convencidos de que ha llegado el momento de actualizarlo haciéndolo avanzar hacia el federalismo. Ofrecemos un acuerdo a la ciudadanía y a todas las fuerzas democráticas para superar fricciones y desencuentros. Estamos convencidos de que sólo podemos liderarlo desde el PSOE porque únicamente los socialistas ocupamos el espacio de centralidad e interlocución capaz de forjar el gran acuerdo necesario.

Sabemos hacerlo bien. Lo hicimos hace ya 37 años y hemos cuidado desde entonces nuestra Constitución con el respeto y la responsabilidad que merece. Ahora queremos mejorar nuestro modelo de convivencia con una inyección de modernidad que garantice su plena vigencia al menos durante otras cuatro décadas.

Sobre el autor

Logroño, 1980. Doctor por la Universidad de La Rioja. Diputado socialista por La Rioja en el Congreso de los Diputados.