Vivimos esta mañana un debate parlamentario previsible. Y lo es porque hemos ido conociendo, por goteo y siempre desde fuentes ajenas al gobierno, las decisiones que nuestros socios nos empujan a adoptar a cambio del rescate al sistema financiero, necesario en buena parte por el fiasco, en gestión y en explicación, de Bankia, el instrumento financiero más próximo al PP en los últimos años, más las que Rajoy añade fruto de su programa nunca explicado.
Previsible también porque las decisiones que Rajoy ha adelantado esta mañana van en la misma dirección que adoptó desde su llegada al gobierno: austeridad sin políticas de estímulo al crecimiento, lo que agrava la recesión, subida de impuestos a pensionistas o indirectos, lo que perjudica el consumo y más recortes sociales. Es decir, el desmontaje del estado de bienestar que tenían planificado utilizando esta crisis como excusa.
En el PSOE sabemos muy bien de la extraordinaria gravedad de la situación, y de la necesidad de adoptar decisiones duras, de reducir el déficit publico, y de llevar adelante reformas. Pero sabemos muy bien de igual forma que hay que preservar políticas de equidad que aseguren la protección social y las posibilidades de las capas más vulnerables de la sociedad española.
Justo lo contrario es lo que está haciendo Rajoy: reforma laboral para abaratar los salarios y desequilibrar la negociación colectiva, bajada indirecta de las pensiones, recortes en educación y sanidad, copago de los medicamentos, bajada de las becas, subida de las tasas de matrícula, recortes en las prestaciones a los parados…..y sin noticias de estrategias para invertir dinero en la economía real o impulsar contratos para los jóvenes.
En el PSOE hemos apoyado una posición conjunta en el último consejo europeo; lo hicimos con dos objetivos: que pudiera rescatarse la banca de forma directa sin generar deuda y déficit en el presupuesto público y que hubiese un plan de crecimiento. Ambas cosas salieron adelante, y ambas las calificamos como un paso adelante.
Pero creemos que la negociación del rescate está mal hecha, muy mal hecha, porque deja tocada la autonomía financiera de España, y porque se ceba con la mayoría de la sociedad, provocando injusticia.
Según Rajoy, no hay rescate, pero sí condiciones. Y no hay ideología, sino que no hay más remedio. Si no quiere provocar un rechazo social masivo, que apoyará el PSOE, debe renegociar esas condiciones y decir la verdad de la situación sin aplicar su ideología de por medio.
El PSOE va a seguir liderando una oposición de alternativas y útil, a seguir reivindicando un gran acuerdo nacional, pero va a estar con la gente, a su lado, siendo referencia y base para que su desencanto se transforme en un rechazo cívico mayoritario que haga rectificar al gobierno.