>

Blogs

César Luena López

El Blog de César Luena

El gobierno digno: cien días

Fue a finales de mayo cuando el presidente Sánchez tomó una decisión que se ha revelado después crucial en el devenir de nuestra historia más reciente: presentar una moción de censura contra Mariano Rajoy. Esto es, propiciar que el poder legislativo, una vez el judicial había ya hablado con contundencia y claridad desconocida (nunca antes habíamos visto la corrupción tal y como la ha ejercitado el PP), provocase un cambio en el poder ejecutivo, en su cabeza, en la Presidencia.

Ideas como la necesaria decencia en nuestra democracia o la regeneración democrática sirvieron de grandes referencias con las que acompañar al verdadero objetivo, una vez aprobada la moción e investido Pedro Sánchez en la Presidencia: impulsar un cambio político en España. La llamada «nueva política» atascó más que aligeró y sus formaciones más destacadas, como Podemos o Ciudadanos, no han sabido ofrecer una alternativa. Sin embargo, el PSOE ha impulsado en estos cien días un cambio de escenario, un nuevo tiempo, como tantas veces se ha dicho en ocasiones anteriores. Pero solo dicho.

Ahora tocaba hacer. Los hechos. Para poner a España en el siglo XXI de su propio tiempo histórico, el nuestro, Pedro Sánchez ha tomado dos grandes decisiones. Una quizá menor, protocolaria o simbólica, pero enormemente eficaz, como es retirar cualquier elemento religioso de las tomas de posesión de él como presidente y del Gobierno. Si avanza el laicismo, la sociedad avanza. La otra, será una imagen poderosa, una deuda moral. Ni Franco ni José Antonio serán protagonistas de ningún lugar público. Ese espacio no los puede acoger ni destacar. Además, el anuncio más reciente de la creación de «una comisión de la verdad lo más plural posible, en el que se incluyan todas las perspectivas históricas» nos reconcilia, que es lo que fue la Transición de forma definitiva: un proceso de reconciliación.

Pero para que España sea una potencia en el siglo XXI, el presidente ha entendido que el proyecto del Gobierno, y el del PSOE, debe dotarse de la fuerza de dos grandes movimientos, el feminismo y el ecologismo, y de una filosofía de vida, el europeísmo.

Si la socialdemocracia consiste en hacer suya la mayor idea que asegure la igualdad y transformarla en la gran causa, en la conquista preferente, no hay duda de que hoy la socialdemocracia es esencialmente un proyecto feminista, y por eso Sánchez pasó a los hechos. Parece que ocurrió hace mucho tiempo, pero solo hace cien días que España tiene el Gobierno más feminista del mundo. Esto es, el más socialdemócrata.

Como socialdemócrata es impulsar la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (acompañados por la Ley de cambio climático, de la que ya se conocen varias ideas), doblar el presupuesto estatal para luchar contra la pobreza infantil, recuperar la cobertura universal de las prestaciones sanitarias y avanzar en la reforma educativa que nos sitúe en parámetros serios ante un futuro acuerdo amplio en la materia, eliminando las reválidas, los itinerarios y la obligatoriedad de la asignatura de religión.

El Aquarius, en agosto, supuso una prueba para el Gobierno, que participó en la coordinación para que a través de un acuerdo de seis países se acogiera a todas las personas (60 de ellas en España), consolidando la política iniciada en junio de impulsar una solución «común y solidaria a los flujos migratorios». En paralelo, Sánchez sellaba con Merkel un apoyo de 130 millones de euros para reforzar la cooperación con los países de África, en especial con Marruecos y Túnez.

Distintos anuncios esbozados por el Gobierno permiten avanzar que la agenda reformista estará dotada de contenidos y políticas de peso: la equiparación paulatina de los permisos de maternidad y paternidad, la derogación parcial de la ley mordaza, los planes de choque contra los abusos de los contratos precarios y para crear empleo juvenil, la prevalencia de los convenios sectoriales para aspectos salariales y jornadas de trabajo, la revisión de los contratos de relevo y una nueva regulación de las prácticas no laborales, la fijación del tipo efectivo del Impuesto de Sociedades en el 15% y la reforma legislativa para clarificar los delitos relacionados con las agresiones sexuales («si dice no es que no y si no dice que sí también es que no»).

Cien días es poco tiempo, pero suficiente como para poder anticipar que el proyecto feminista, europeísta y sostenible que el Partido Socialista debe concretar en forma de programa electoral en las próximas elecciones auguran una etapa en la que de nuevo primarán el bienestar y la prosperidad sobre la desigualdad y el retroceso de los últimos años. Es un buen comienzo ahora que arranca la quinta década después de la recuperación de la democracia y de las libertades. Mejor noticia es aún que, como ocurrió cuarenta años atrás, sea el PSOE quien tenga un proyecto modernizador y regenerador para España y en sintonía con la mayoría de la sociedad española.

Artículo de opinión publicado en Diario La Rioja 18/09/2018

Sobre el autor

Logroño, 1980. Doctor por la Universidad de La Rioja. Diputado socialista por La Rioja en el Congreso de los Diputados.