El pasado domingo pudimos comprobar que las señas de identidad del PP se imponen a la hora de elaborar sus propuestas, aunque sea de forma vaga y muy general, para que las conozcan los españoles. Son un partido conservador y neoliberal. Y Rajoy propone recortes sociales, despidos para los funcionarios públicos, involución del Estado autonómico en el que nunca creyeron de verdad, y limitación de los derechos civiles, sexuales o de género, que los gobiernos progresistas de Zapatero han aprobado desde el 2004.
Por nuestra parte, los socialistas hemos marcado nuestra acción de gobierno de forma clara y concreta: austeridad en el gasto, reformas estructurales y cohesión. Es el reto más importante en el que vamos a trabajar: la nueva agenda social: recuperar el diálogo social para reformar la negociación colectiva e impulsar las políticas activas de empleo, apoyar a los parados de larga duración y a los jóvenes y centrarnos en la formación.
Abrimos también en este sentido un tiempo nuevo, en el que los ciudadanos van a poder comparar nuestra acción política con las intenciones de la derecha. Ahora, que cada cual vaya sacando sus conclusiones.