La lucha contra la epidemia del VIH/sida es un compromiso político y también ideológico de toda la humanidad; la aparición y la persistencia del sida como una epidemia global en un mundo sumamente conectado está comprometiendo y revertiendo el desarrollo en muchas partes del mundo.
Por ello, hoy, Día Mundial contra el Sida, tenemos que reforzar nuestro compromiso con la erradicación de esta enfermedad: a través del incremento de las políticas públicas de prevención, resaltando la importancia del diagnóstico precoz, combatiendo el estigma y la discriminación que sufren las personas que viven con el VIH en 79 países, donde aún existen leyes que impiden una adecuada prevención, tratamiento, atención y apoyo del virus.
El impulso que significa el horizonte 2015 para detener el incremento de la pandemia como comprometían los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM) debe ser la guía del conjunto de los países. España colabora con el Fondo mundial de la lucha contra el sida, con la iniciativa internacional para la vacuna contra el sida y con Onusida, para frenar el contagio en los países en desarrollo y especialmente en el África subsahariana, fortaleciendo los sistemas nacionales de salud, impulsando los programas de educación y prevención, especialmente los dirigidos a jóvenes, a la prevención de la transmisión por vía materna y la protección del ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Hoy es un día para recordar a quienes han fallecido a causa del sida, para reiterar nuestro apoyo y compromiso con las personas con el VIH, alentando a quienes, desde las organizaciones sociales o desde sus tareas profesionales, trabajan y dedican su tiempo a dar una respuesta que reduzca o elimine el impacto de esta pandemia y a garantizar una mayor calidad de vida, apoyo y atención a las personas seropositivas.