Durante un viaje reciente a Bruselas, al Parlamento de la Unión, pude comprobar en primera persona la alta valoración que hacían responsables y personas implicadas en el gobierno europeo a través del propio Parlamento, pero también del Consejo o de la Comisión, de la presidencia española, recientemente finalizada. Zapatero es europeísta, me decían, y eso se nota, porque el sentido de su política en esta presidencia profundiza el desarrollo del proyecto europeo.
Con la reciente perspectiva que da el hecho de haber culminado el mandato, me gustaría trasladar a los lectores cuál ha sido la huella de nuestro país en esta etapa.
En primer lugar, Europa es más fuerte política y económicamente hoy que el uno de enero. La presidencia ha servido para avanzar en la integración europea y, además, los elementos de agenda propios del contexto han salido adelante, lucha contra la crisis y creación de empleo.
También los elementos propios ‘españoles’: reequilibrio exterior hacia América Latina, políticas de igualdad y europeización de la lucha contra la violencia de genero se han cumplido.
En lo que se refiere a la lucha por la recuperación económica y el impulso de un modelo de crecimiento sostenible para la creación de empleo de calidad, se ha aprobado la Estrategia Europa 2020 para el Crecimiento y el Empleo, la coordinación europea de políticas fiscales y presupuestarias y la Facilidad Europea de Estabilización Financiera.
El Gobierno ha concebido la ciudadanía europea del siglo XXI en un marco de libertad y de igualdad entre hombres y mujeres, lanzando la Orden Europea de Protección para las víctimas de delitos y personas amenazadas y creando el Observatorio Europeo para la Violencia contra las mujeres.
El fortalecimiento del Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia se ha desarrollado a través de actuaciones especiales en la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo, y con la consolidación de políticas eficaces y solidarias en materia de inmigración y asilo, como objetivos prioritarios de la Unión Europea.
Nos hemos ocupado de la efectiva aplicación del Tratado de Lisboa y la correspondiente renovación política e institucional, con el impulso a las nuevas instituciones, como el presidente permanente, y el acuerdo político entre el Parlamento Europeo, la Comisión Europea, la Alta Representante y la Presidencia rotatoria del Consejo para la creación del Servicio Europeo de Acción Exterior.
El impulso de Europa como actor global, la defensa de los derechos humanos y la erradicación de la pobreza en el mundo ha sido otro de los trabajos relevantes. Buena muestra de ello son la VI Cumbre UE-América Latina y Caribe y la confirmación de la UE en su firme compromiso con la AOD (Ayuda Oficial al Desarrollo) y los ODMs (Objetivos Desarrollo del Milenio) en las conclusiones del Consejo Europeo del 17 junio.
En estos seis meses se ha avanzado en la puesta en marcha del acuerdo de Copenhague de diciembre del 2009 y en la preparación de la cita de Cancún del próximo noviembre, en el camino hacia un nuevo modelo energético europeo para hacer frente al cambio climático y desarrollar la política comunitaria de conservación de la biodiversidad.
Muy importante para La Rioja es el debate suscitado en el seno del Consejo sobre la reforma del sistema de recursos propios y de gasto, que se plasmará en las perspectivas financieras 2014/2020, y el establecimiento de un nuevo marco financiero y la puesta en marcha de reformas de la Política Agraria Común para garantizar la viabilidad del medio rural, porque la Presidencia ha impulsado el debate sobre el futuro de la agricultura europea y de la reforma de la PAC como instrumento para incrementar la competitividad del sector agroalimentario y ha orientado el debate sobre los objetivos y prioridades de la Estrategia Europa 2020 para profundizar en la contribución de la agricultura y de la PAC en el crecimiento económico, el empleo, la seguridad alimentaria y el crecimiento verde, reafirmando el valor añadido de una PAC fuerte.
En resumen, una presidencia fecunda y un papel a la altura de lo que la Unión y la sociedad europea esperaba y demandaba de España: compromiso y determinación para avanzar en el proyecto de la Unión.
Artículo publicado en diario La Rioja