El Hard Rock británico revive con CRUSADER y su EP debut ‘In For The Kill’ (2025)
Desde las entrañas de Londres y como si hubieran caído del firmamento sin previo aviso, Crusader emergen con un EP debut que sacude los cimientos del revival ochentero (NWOTHM). In For The Kill (autoproducido, 2025) no solo homenajea al hard rock/heavy metal clásico de los años dorados, sino que lo encarna con una autenticidad que lo sitúa actualmente entre las propuestas más fieles al espíritu de la época.
Aunque la banda mantiene un perfil bajo —sin apenas movimiento en redes sociales y con poca información disponible— su sonido habla por sí solo. Si nombres como Whitesnake, Def Leppard, Scorpions o Dokken resuenan en tu memoria musical, este trío británico te hará sentir como en casa. En tiempos donde la nostalgia ochentera suele ser representada con cuero, tachuelas y bigotes, Crusader logran lo que pocos: capturar la esencia sin caer en la caricatura.
El EP abre con ‘Wanted Man’, una pieza que podría haber salido directamente del mítico álbum de Whitesnake de 1987. Tommy Baptiste, con una voz cálida y poderosa, canaliza el alma de David Coverdale con tal precisión que uno casi puede imaginar su camisa de satén blanco ondeando al viento en aquel célebre video clip del hit ‘Still of the Night’ de 1987. A su lado, Kyle Steven despliega riffs cargados de sensualidad y electricidad, evocando el estilo incendiario de John Sykes. Cada detalle está meticulosamente diseñado para rendir tributo a aquella era dorada del rock, con una producción que respira pasión y respeto por el legado.
La segunda pista, ‘Time (Never Stops Running)’, mantiene el pulso nostálgico con un tempo medio y un estribillo que podría haber brillado en cualquier álbum AOR de los 80. Es un tema que no solo suena familiar, sino que reconforta, como una postal sonora de tiempos más simples y sudorosos.
El cierre llega con la canción homónima ‘In For The Kill’, que reafirma la propuesta con un groove cálido y envolvente. El bajo de Scott Rae y la percusión de Nik K construyen una base sólida y elegante, sobre la que se despliega otro estribillo demoledor. Es el broche perfecto para un EP que, tras varias escuchas, no pierde fuerza ni frescura.
Crusader no solo reviven el sonido de una década; lo reinterpretan con convicción y estilo. Si este debut es solo el comienzo, su futuro nos promete noches de rock como las de antaño. Oigan, queremos el álbum completo. Y lo queremos ya.
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